Sebastian Zanetto propone desde su
piano una mixtura de estructuras no
convencionales mezclando en iguales
proporciones, jazz, folclore autóctono y citas con frecuencia a ritmos
latinoamericanos. Con dos discos en su haber todo es posible en el variado mundo
del pianista, desde la voz de su pequeño sobrino en algunos pasajes a contar historias que bien pueden caberle a
cualquiera. Entonces solo queda acercarnos a sus respuestas, además de sus
discos y preguntarnos: ¿Que es el Jazz?
IDJ. ¿Cuéntanos como fue el origen de
tu encuentro con la música en general y el universo jazzero en particular como oyente y luego como músico? ¿Tenías
antecedentes en tu familia?
Mis
inicios con el piano fueron a los seis siete años, mis primas iban a estudiar a
la vuelta de la casa de mi abuela materna, yo me fascine muchísimo la primera
vez que vi un piano y una vecina que tenia uno, me dejaba ir a su casa a
practicar, como yo no tenia, me pasaba horas tocando, me
producía unas sensaciones increíbles el objeto piano y el sonido que podía
salir de ahí. Con la música jazzera los primeros recuerdos que tengo son cosas
de Spinetta, Invisible, Pescado, que sonaban en la casa de mi abuela paterna, mi
tío se la pasaba escuchando la música del flaco, era muy fanático.
Pero
el recuerdo con una música que me marco mucho fue un tema de Chico Buarque que
mi mamá tenia en un cassette. El tema de la película de Doña Flor y sus dos
maridos. Fuera de eso, en la casa de mis abuelos se escuchaba y se tarareaban
algunos tangos, nada de jazz. El jazz vino después, cuando empecé a estudiar de
verdad. Me acercaron algo de Monk, de Bill Evans, de Keith Jarrett y ahí empecé
a querer quedarme en estos lugares.
IDJ. ¿Cómo fue tu formación?
Yo
desde chico estudié con profesores particulares como juego, nada profesional o académico, a los veinte años empecé formalmente a
estudiar en el SADEM, ahí estuve unos dos años y después me fui a lo de Nora
Sarmoria. Me acuerdo que una vez la vi tocar y pensé…. Yo quiero hacer eso!!!! Estudie
mucho con ella en su casa, ella me llevo a Lilian Saba y a Edgardo Beilin, con
quienes también fui estudiando folklore y jazz, y posteriormente estudie con
Marcelo Katz con quien vi el piano desde otros lugares mas abiertos
compositivamente, con el conocí a Satie, a Poulanc, a Debussy y Ravel, dos
seres absolutamente fuera de lo común y muy cercanos al lenguaje de lo que
seria luego el jazz, también me hizo escuchar a Cage y a Cecil Taylor. Igualmente siempre fui muy autodidacta.
IDJ. Tus dos trabajos remiten en su denominación
a dos elementos que han dado el origen a la vida. ¿Que te llevó a titularlos de
esa forma?
Un
día pensé que quería empezar a hacer discos que estuvieran contenidos por
conceptos o ideas. Y empecé a pensar en generar discos basados en los cinco elementos.
Empecé con agua porque me parecía que era un forma de tirarme a la pileta (de
hecho la tapa de “Chapuzón” es tocando el piano dentro de una pileta), entrar
al agua era entrar en el mundo de la música, zambullirme, empezar a buscar una
identidad sonora, yo soy pisciano, y me parecía bueno empezar con el elemento
que me caracteriza.
Seguí
con el fuego por necesidad propia, porque me fueron pasando cosas internas con
la mutación y la calcinatio del alma. Y por eso hice “Tocado Por El Fuego”, que
principalmente habla de mi fuego interior, de mi forma de moverme en la música y en la vida, de toda la
emocionalidad que tengo adentro y de la necesidad de moverme y contagiar con ese
movimiento a otros.
IDJ. ¿Cómo moldeas tu búsqueda como
artista a instancias de crear un nuevo proyecto
y en base a que formas musicales armas tus representaciones hasta lograr
una concepción estética propia y que te satisfaga?
Absolutamente
sin conciencia. Hasta ahora los disparadores son los elementos de los cuales te
hablaba anteriormente, pero no tengo pensado sacar todos los discos
seguidamente con los elementos, voy a ir guiándome por mi necesidad y por mi
intuición. La
intuición es la llave maestra, no pienso nada. Y ese es mi gran juego en mi música.
Si pienso en generar formas, no me salen, o pierden el elemento emoción sin el
cual no se transmite nada, uno puede tocar muchísimo y no decir nada y tocar
muy poco y decir todo, pero, para mi, si esta siendo creado desde este lugar y
eso me parece muy puro, y sin eso, para mi
no hay música.
Yo
necesito no gestar las cosas con el pensamiento, si con la intención, y con la acción
cruda. Me siento a tocar abruptamente, y
ahí esta la clave de mis músicas.
Mi
búsqueda esta en todo lo que leo, veo, contemplo del mundo, y de lo que me pasa
con lo que soy y no soy. Veo a la sociedad, la historia de nuestro país, de
nuestro mundo, veo como pensamos y como accionamos y reaccionamos unos contra
otros y de ese caos ecléctico es que sale la materia con la que construyo el
sonido de lo que quiero.
Lo
único que busco generalmente a la hora de hacer música es jugar bastante desde
lo percusivo en el piano, me gusta moverme rítmicamente mas que melódicamente, busco
romper rítmicamente formas, pero una cosa me lleva a la otra y todo empieza
luego a tejerse solo. Me siento muy percusivo, pero por otro lado también soy también
melódicamente bastante lírico y me gusta, es parte de mi forma natural de
moverme.
IDJ. La creatividad es un valor
importante dentro del jazz y un elemento reclamado por el oyente/público. ¿Que te
ha conmovido últimamente dentro de un panorama sobredimensionado de
lanzamientos y al alcance de todos con un “clic”?
La
necesidad de decir. La necesidad de comunicar emoción, sin palabra. La
pluralidad de géneros y la fusión entre estos. El tejido que se produce entre
lo que pasa acá en América, Europa, África, Asia y obviamente la similitudes de
sonidos que no se generan en distintas partes del mundo y que no se conocen
entre si. Eso me fascina. La tecnología del "clic" hizo que todo esté al alcance
mucho más rápido y sobredimensionado, me alucina que todo sea más fácil de
acercar. Que pueda escuchar que pasa en Tokio hoy o en Roma, o que los otros
puedan ver o escuchar que pasa en Argentina ahora también.
IDJ. John Cage decía: “La música pone
el alma en movimiento, quien hace música está de acuerdo”. ¿Por qué haces música?
Por
necesidad. Porque me sana y me salva. Para mutar. Para conocerme.
IDJ. En tu CD “Tocado por el Fuego”
noté una querencia que perfuma todo el trabajo a lo que en los 80 en Argentina
llamábamos “Folclore de Proyección” aunque el “collage” va un poco más allá. ¿Consideras
que en espíritu y materia hay algo de esto?
Puede
ser. No intencionalmente, ósea, escuché de adolescente mucho a Lito Vitale, con
sus tríos y cuartetos, y la "flashee" mal con él y sus músicas y escuché y
seguramente me emborraché con muchas músicas y ritmos de Latinoamérica, pero a
la hora de hacer me olvido de eso. Aunque es indudable que esta todo ahí
adentro mío.
IDJ. ¿Cuáles son tus preferencias de
colegas dentro de tu instrumento con las valoraciones subjetivas de cada caso?
Si
hablo de pianistas que me influenciaron y de los cuales me nutro constantemente
al escucharlos, necesitaría hacer una lista inmensa, porque hay muchísimos que
dominan y le sacan al piano un sonido alucinante. Te voy a hablar de los que
escucho hoy.
Actualmente, estoy escuchando muchísimo a Hugo Fattoruso, me fascina la liviandad y
complejidad de cómo toca, de cómo habla. Lo admiro muchísimo y lo busco todo el
tiempo como un disparador de mis músicas. Lo mismo me pasa con Hermeto Pascoal,
pero él mas en cuanto a los arreglos que hace en sus discos, escucho sus músicas
para comprender que no hay limites y que no hay nada que sea FEO sonoramente si
existe la libertad, que todo puede convivir sin normas o leyes, que se pueden
romper las formas todo el tiempo y eso es una forma en si misma.
Mario
Laginha me apasiona, lo escucho y por donde lo escucho no paro de sorprenderme
y de emocionarme, llega a lugares impensados e inimaginables con la materia
sonido piano. Me dice todo el tiempo que no hay limites para la creatividad y
la sensibilidad y que la música es verdaderamente un voz eterna que no para de
hablar. Escucho sus discos con María Joao y exploto porque dejan de importar el
como y empieza a tener sentido el hacer por el hacer mismo, el instante real
del decir.
De
Nina Simone y Tania María, que podría decirte? quisiera ser como ellas (risas). Me
muestran que uno tiene que buscar ser uno mismo todo el tiempo, no importa nada
ni nadie. Hay que buscar ser uno mismo con lo que se tiene y se puede.
IDJ.Todo suma al momento de nutrirse de
experiencias y he leído que has musicalizado también para cine, teatro y
televisión. Que interacción hay (si la
hubo) entre estos encargues y la
gestación de tus proyectos solistas y cual el criterio de la selección para el
producto final
Claro
que suma y mucho, porque de los trabajos que hice para las productoras de
imagen y de teatro han salido ideas que me las he quedado, lo apasionante de
esto es que los disparadores están en cualquier lado, solo hay que tener el
deseo y la necesidad de hacer.
Con estos trabajos he tenido la libertad de hacer lo que quería ciento por ciento o de tener que respetar las necesidades de los directores y esa batalla de intenciones es muy productiva porque llegué a lugares que eran inesperados para mí. Descubrí que puedo hacer músicas que no elegiría hacer para mí. Pero que también están ahí adentro y me enseñó muchísimo sobre como arreglar para distintas formaciones y estilos. Me hizo entender a la música como potencializadora o debilitadora de una imagen y ese efecto también nutrió a mi música. (Mucha gente escucha a mi música y me dice… parece como de película) y creo que se debe a estos trabajos, la música siempre fue una generadora de imágenes, desde antes del impresionismo intencionado de Debussy o Ravel.
Con estos trabajos he tenido la libertad de hacer lo que quería ciento por ciento o de tener que respetar las necesidades de los directores y esa batalla de intenciones es muy productiva porque llegué a lugares que eran inesperados para mí. Descubrí que puedo hacer músicas que no elegiría hacer para mí. Pero que también están ahí adentro y me enseñó muchísimo sobre como arreglar para distintas formaciones y estilos. Me hizo entender a la música como potencializadora o debilitadora de una imagen y ese efecto también nutrió a mi música. (Mucha gente escucha a mi música y me dice… parece como de película) y creo que se debe a estos trabajos, la música siempre fue una generadora de imágenes, desde antes del impresionismo intencionado de Debussy o Ravel.
IDJ. Proyectos a futuro
Seguir
haciendo música. Grabar el tercer disco “La Lengua Del Mundo”, y
presentarlo para septiembre/octubre de este año, y salir a tocar por todo el
mundo presentando estas músicas con este sexteto (piano, percusión, contrabajo,
clarinete, claron bajo y flauta traversa) con el que hace tres años estamos
tocando juntos.
Discografía:
Chapuzón
Tocado por el Fuego
Ambos de Producción Independiente
© Impronta de Jazz
No hay comentarios:
Publicar un comentario