Con cuatro trabajos editados para un
importante sello de la escena local, el pianista sigue manteniendo Villa María
como lugar de residencia y Córdoba como centro de operaciones, resto del país
incluido en este último escalafón.
Egresado de la escuela de música popular
“La Colmena”
(Córdoba), la propuesta musical de Eduardo a la hora de introducirse en
territorios jazzisticos gira en torno a una idea clara de explorar texturas,
timbres, formas y espacios sonoros para redondearlo con improvisaciones
inteligentes.
IDJ. ¿Cual fue tu primer contacto con
la música?
En
mi casa siempre se escuchó música, o cuando viajábamos en el auto, además de
que había un piano en la casa de mi abuela, mi madre siempre tocó un poco, y mi
tía estudió formalmente, daba conciertos y se dedicó a la docencia llegando a
ser directora del Conservatorio de la ciudad.
IDJ. Cuando yo era un púber todo se
gestaba en Buenos Aires, siempre fue la cara visible histórica por donde
pasaron enormes figuras de todo tipo de música. Ver a un artista internacional
por el interior era casi un milagro. Aunque esto cambió radicalmente, haber
crecido y vivido en otro contexto distinto nos ha nutrido de otras ideas, otras
memorias, de una complejidad diferente. ¿Cuál fue tu experiencia en este punto?
La
verdad es que empecé a escuchar jazz en el último año de la secundaria. Me
regalaron un concierto de Jarrett en Bregenz y los Three Quartets de Corea. Me
fui a vivir a Córdoba capital en 1992, época en la que según recuerdo empezó a
venir gente de afuera.
Vino
alguna vez Corea, y hubo un período en el que Fernando Tarrés, que residía en
New York en ese entonces, trajo a
músicos como Danilo Pérez o Donny McCaslin para tocar y dictar clínicas
en La Colmena.
En
esos años empecé a descubrir esta música. Antes de eso escuchaba rock, y un
poco de folclore y tango, sumado a que acostumbraba más escuchar discos, que
escuchar mucha música en vivo. O sea que no sufrí demasiado en ese aspecto.
IDJ. Hay una triangulación de toda
visita internacional que viene al País que abarca Buenos Aires, Córdoba y
Rosario, festival Internacional de jazz incluido.
¿Cómo ves el crecimiento que tuvo la
docta en el ámbito que nos ocupa desde
finales de los ’90, paso de la crisis con todo lo que implicó desembocando en
un renacimiento fuerte y sostenido del jazz hasta ahora?
Me
parece que el proceso del que hablás se dio más en Bs As, a partir de la
decisión de un grupo de músicos que habían estudiado afuera, de reunirse y enfocarse
más en las composiciones propias y en
una estética determinada, entre otros aspectos.
Creo
que en Córdoba ese crecimiento se dio mucho más tímidamente y atomizado, con un
grupo de músicos que empujaba cada uno desde su lugar, hasta que llegó el
Festival de Jazz de Córdoba, en paralelo con el Festival de Buenos Aires, que
hizo que nos reconozcamos unos a otros (no sin encontronazos en un principio) y
pensarnos más como una cantidad de músicos que nos dedicamos a la misma música.
En
ese momento también daba sus primeros pasos el Jazz Camp de La Escuelita, que sirvió
para que, de la mano de los alumnos que participaban, se comiencen a formar
circuitos de jazz en otras provincias.
IDJ. ¿Que opinas del momento, para mí,
crepuscular que el jazz argento viene pasando, con sellos discográficos
alternativos a la altura de la demanda y
mucha gesta independiente, por ejemplo Kuai Music o Dice Discos por nombrar algunos?
Me
parece buenísimo. Por un lado hoy es mucho más accesible grabar, por lo que se
hacen más visibles un montón de propuestas que antes no se hubieran conocido.
Por otro lado, internet y los sellos independientes hacen que las propuestas
lleguen en forma más organizada, buscando cada una su nicho en el gusto de la
gente que escucha música.
De
todas maneras, creo que queda mucho camino por recorrer para solucionar el
problema más importante en relación a las necesidades de los músicos, y es el
cómo comercializar y cobrar por esa música.
IDJ. El negocio de la música, hoy por
hoy, tiene que ver con una pequeña
parte, creo yo, del proceso comercial. Quiero decir que la historia no pasa más
por donde lo hacía cuando éramos chicos y el disco en sus formatos
tradicionales coronaba a artistas con público, siendo éstos últimos parte
indispensable del final de la cadena.
¿Seguís creyendo en el valor del
formato fisco para dar a conocer tu trabajo o, como muchos músicos lo
consideran, ha pasado a ser simplemete un proceso de documentación de lo que
hace el artista?
Hasta
ahora edité en un sello que incorporó la venta por internet, además de poner
los discos en Spotify, pero sigue al mismo tiempo distribuyendo discos de
manera tradicional. Yo, por ahora, no puedo dejar atrás el formato físico.
Necesito
que se sepa cuál fue el orden de los temas que elegí, que el arte acompañe, y
necesito el objeto disco para poder venderlo en los conciertos o regalarlo a
quién me parezca. Veremos a dónde nos lleva el progreso.
IDJ. Has trabajado con pequeñas
formaciones desde el comienzo de tu carrera. Si tuvieses que elegir: ¿Te
gustaría coquetear con conjuntos más grandes o hacer un disco a piano solo?
El
disco a piano solo es algo que ya estoy pensando desde hace bastante, y creo
que ya está cerca el momento de encararlo. Los orgánicos más grandes tienen el
problema de la organización, y más en mi caso, ya que viviendo en Villa María
no sería fácil conseguir los músicos, ensayar, etc. Pero por suerte no es algo
que por ahora me resulte una necesidad.
IDJ. Hay 3 años de separación entre “We
See” y “Figuras” volviendo a la formación de trío. ¿Cómo fue el proceso creativo
de este último? ¿La temática en que difiere con las anteriores?
Creo
que “Figuras de un solo trazo” es una especie de continuación de “El yang y el
yang”, el otro disco en trío. De hecho hay dos o tres temas que tocábamos con
Jerónimo y Carto que no entraron en “El yang…”, y que están en “Figuras…”. Pasa
que en el medio, recibí la invitación para el Festival de Bs As en 2011, pero
con la propuesta de ir en dúo, y esa música terminó siendo “We see”, donde hay
standards tocados muy libremente. En “Figuras…” la idea fue volver a tocar
música original, experimentando con una serie de variables que son mucho más viables
en el formato trío.
IDJ. ¿Vas a sacar de gira a “Figuras”?
¿Por donde y a partir de cuando?
La
presentación de Córdoba ya está confirmada para agosto. Estoy terminando de
cerrar para presentarlo en septiembre en la Universidad en Villa
María, y en octubre lo estaríamos presentando en Rosario y Buenos Aires.
IDJ. Si tuvieses que nombrar gustos e
influencias en tu instrumento ¿Quienes fueron tus referentes, autóctonos y
foráneos?
Son
demasiados. De cada época me gustan varios. Una vez me insistieron en que los
nombrara, y creo que conté unos treinta pianistas. Empiezo?
Discografía referencial:
Callado (BlueArt Records - 2008)
El yang y el yang (BlueArt Records
2011)
We See (BlueArt Records, 2012)
Figuras de un solo trazo (BlueArt
Records, 2015)
© Impronta de Jazz
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