La historia de esta aventura musical es
la siguiente: me contacta por mail un argentino, cordobés, de Alta Gracia para
ser más preciso, radicado en Madrid desde hace más de 30 años. El motivo de su partida
lo plasmó la frase de Alfonsín cuando dijo: “Compatriotas, felices pascuas, la
casa está en orden y no hay sangre en la Argentina” en un tiempo donde los
asesinos y los que defendían a los anteriores, seguían conservando poder para atacar a la incipiente democracia. Nos
debatíamos dolorosamente entre dejar de ser un país agobiado por los golpes de
estado y la muerte, o intentar de manera perdurable y sostenida otro camino
menos funesto que el anterior. Hasta aquí el disparador del exilio de Carlos.
Odontólogo de profesión y compositor
esporádico Di Gionantonio se nutre de posibles recuerdos libremente inspirados
en el folclore en siete cuadros sonoros. Se vale para ello de un interlocutor
válido como lo es Germán Kucich, también argentino, quien cincela con vena
contemporánea su toque en el piano y complementa las expectativas del primero
con sofisticación armónica y pudor melódico.
“Canción de Zakiah” o “Emersong” están concebidas desde la atractiva labor de la simple belleza;
ambas son melodías clásicas en donde el espíritu de Bill Evans aletea sobre la
composición, llevándola a un estado de
gracia e ingravidez. El pianista como líder de la sesión habilita a Nichols, que
junto con Yayo están hechos de buena madera musical. Sobre esa complicidad
rítmica donde el juego de cada uno se entrelaza con el otro, se fusionan
en una serena intensidad.
Esta dimensión se encuentra asociada a referencias
del folclore local y la añoranza, que atesora como elemento aglutinador adherencias
al jazz, y encierra secretos tan nuestros como el mate, el olor a hogar, los
frutales, aquella muchacha, el asado y todo aquello que hace que se nos
humedezcan los ojos, permitiendo cierta nostalgia hacia un pedazo de tierra lejana.
Por lo general en este espacio reseño
trabajos sobre la música en sí, pero aquí hay valores que la sobrepasan. La
memoria de los que ya no están, la de los que se fueron, un proyecto de país que con sus flaquezas, sus
contradicciones, su dialéctica, su eterno dilema sobre lo que pudo haber sido y
lo que intenta ser y esos cruces del deseo donde pervive la utopía de una sociedad de iguales, más
justa y que sabemos los del lado de acá, el costo que tuvo. Gran aplauso para
estos exiliados románticos.
Música: Carlos Di Gionantonio
Intérpretes:
Germán Kucich: Piano y arreglos
Yayo Morales: Batería
Stephen Mc Nichols: Contrabajo
Carlos Di Gionantonio: Piano en "Chacarera del lado de acá"
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