domingo, 25 de noviembre de 2018

HADEN + MEHLDAU



Charlie Haden y Brad Mehldau se cruzaron por primera vez en 1993, cuando el contrabajista ya era un artista consagrado en el mundo del jazz y el pianista algo más que una joven promesa.

Haden quedó maravillado con el perfil musical de Mehldau y no dudó en nominarlo en ese entonces como el artista más relevante de su generación, por haber desarrollado un lenguaje original y por buscar una ampliación en las fronteras del jazz. El pianista aún no había editado su primer disco como líder, Introducing Brad Mehldau.

Aquel encuentro inicial derivó más tarde en un disco en trío con el saxofonista Lee Konitz, Alone Together, de escucha imprescindible, editado por Blue Note. La química generada por el trío y la lógica repercusión favorable del álbum dejó abierta la puerta para un segundo encuentro. Fue en 2011, con un disco editado por el sello ECM al que se sumó el baterista Paul Motian. Live in Birdland, tal es su título, fue la notable expresión de un supergrupo.

Pero en el interregno de esos dos cruces, se registró otra reunión, esta vez un dúo de Haden y Mehldau, que quedó grabado y permaneció inédito hasta hoy, once años después, cuando el sello Impulse! decidió publicarlo y distribuirlo esta semana con el título Long Ago and Far Away.

Conocedor de la estrecha relación que habían entablado Haden y Mehldau, el director del Enjoy Jazz Festival in Heidelberg los invitó en 2007 a tocar juntos en algún show en Alemania. Nunca habían interactuado en dúo, de modo que aceptaron de inmediato. El encuentro tuvo lugar en una iglesia art noveau de la localidad de Mannheim, la Christuskirche, y la grabación quedó en poder de Haden, quien siempre evaluó editarla alguna vez.

Como una suerte de homenaje póstumo Haden murió en 2014- el cruce de ambos gigantes musicales ve hoy la luz y pone al mundo del jazz nuevamente en estado de excitación ante la posibilidad de una perla escondida que emerge una década después.

Haden venía curtido en dúos con pianistas de primera línea. Entre ellos, naturalmente, Keith Jarrett, con quien grabó Last Dance y Jasmine. Pero también Kenny Barron, Hampton Hawes, Paul Bley y John Taylor, entre otros.

Mehldau se mostró entusiasmado con la edición de este trabajo. "Es increíble haber tocado con alguien que improvisa como él. De hecho fue el primero que lo hizo en su instrumento", dijo el pianista, quien recordó los discos con el cuarteto de Ornette Coleman y su influencia para todos los músicos que vinieron después.

El nuevo álbum incluye varios standards, como My Old Flame, Everyhing Happens to Me y My Love and I, entre otros, que ofician como referencia para una estimulante aventura de improvisación.

La viuda de Charlie Haden también ser emocionó con este trabajo. Dijo que si bien fue grabado allá lejos y hace tiempo, la música que se escucha es de hoy. Y, por cierto, nos recuerda que Haden es uno de los grandes artistas que dio el género y que acaso sus archivos atesoren aún mucha música que nos resta conocer.

domingo, 18 de noviembre de 2018

HERNÁN MANDELMAN - MEMORIA


Nueva entrega del baterista perteneciente a la generación de músicos que cambiaron el sonido y lenguaje local, desde una corriente que denominaría mainstream contemporáneo; sustentado en una prédica de matices melódicos, de buen gusto y frescura.

La estructura compositiva se desenvuelve desde un lugar delicado y sutil donde radica el ritmo pausado, que se expresa con controlada cadencia, aún en los momentos más agitados.  

Los instrumentos tejen con soltura una amalgama de sonidos y recursos, redescubriendo paisajes en la medida justa. Aún movidos por una actitud de búsqueda, es música viva con una  lírica innegable, que no pierde los estribos.

El microcosmos de la banda que lo acompaña como una máquina bien aceitada, todos ellos reconocidos del panorama local; hacen que las composiciones suenen vivas, flexibles, con rica interacción y fluidez.

El líder, como en el tercer momento de la dialéctica, donde se concilian los opuestos, da muestras de madurez en su pluma. El titulo, toda una declaración de intenciones, hace referencia a ese acto político que nuestro país debería tener en los tiempos que corren y según sus propias palabras, pretende ser un humilde homenaje a todos los que creyeron en ideas superadoras y en el cambio social, aun perdiendo la propia vida en esa lucha.

Juan Cruz de Urquiza: Trompeta
Natalio Sued: Saxo tenor
Rodrigo Domínguez: Saxo alto
Francisco Lo Vuolo: Piano
Sebastián de Urquiza: Contrabajo
Hernán Mandelman: Batería y Composición

domingo, 11 de noviembre de 2018

ELEMENTAL DEXTER



Es sabido que en la década del 60 Europa se mostraba como un territorio más amable para los músicos de jazz que la propia cuna del género, los Estados Unidos. Había menos racismo y hasta mejor predisposición de las audiencias para adentrarse en las innovaciones y experimentaciones que proponían aquellos que emergían de la era del hard bop.

Muchos músicos norteamericanos eligieron en ese entonces ciudades europeas como base de operaciones. Shows, giras y grabaciones alimentaron la carrera de muchos artistas imprescindibles y a la vez dejaron música que hizo historia.

Dexter Gordon, uno de los grandes saxofonistas surgidos con el estallido del bebop, se estableció en Europa por casi 15 años, cuando apenas arrancaban los 60. Allí grabó para Blue Note el disco "Our Man in Paris", que se editaría a fines de 1963. Antes del lanzamiento de ese álbum, Gordon subió a escena en una rara presentación en la ciudad de Utrecht, acompañado por un trío holandés. Esa sesión, registrada en el club Persepolis, se edita en estos días con el título: "In the Cave", a cargo del Dutch Jazz Archive. Se trata de uno de los dos inéditos de Dexter Gordon que ven la luz por estos días. El otro es Espace Cardin, un disco de 1977 proveniente de un concierto en París que sería la única oportunidad en la que el saxofonista se cruzó con el legendario pianista Al Haig.

Pero volvamos a 1963. Gordon había abandonado los Estados Unidos luego de grabar para Blue Note; "Doin Allright", "Dexter Calling", "Go!" y "Swingin Affair". En la década del 50 fueron constantes sus problemas con las drogas como también recurrentes sus ingresos en prisión. Apenas asomó un atisbo de recuperación se quedó en Nueva York, donde recorrió clubes de jazz y se asoció con Blue Note. Luego de grabar "Swingin Affair" decidió partir a Europa. París y Copenhague fueron sus hogares sustitutos y donde actuó y grabó con asiduidad. Por eso la presentación en Utrecht que recoge el nuevo disco, "In the Cave" es una rareza bienvenida. Lo acompañan aquí Rob Madna en piano, Ruud Jacobs en bajo y Cees See en batería. El show se realizó poco después de la grabación de Our Man in Paris, pero antes de que este célebre álbum se lanzara al mercado.

El otro inédito que el sello InGrooves acaba de poner en la calle se registró 14 años después, cuando Gordon estaba por emprender el regreso a los Estados Unidos. "Espace Cardin" recoge un concierto de septiembre de 1977 en París, en el que Dexter compartió escenario con Al Haig, pianista de alto vuelo que supo acompañar a Charlie Parker y, naturalmente, a muchos otros grandes. 

Con formatos de CD y vinilo, "Espace Cardin" incluye un ensayo de Michael Cuscuna y se suma a la extensa y rica discografía de Gordon, a quien los no iniciados acaso recuerden por su papel estelar en la película Round Midnight. Por cierto fue mucho más que aquella actuación fugaz. Estos discos que asoman de los archivos nos ratifican el poder y la vigencia de su sonido.

domingo, 4 de noviembre de 2018

REST IN PEACE


Falleció Roy Hargrove , el trompetista de jazz que contribuyó con su sonido a trabajos de artistas como D'Angelo, Erykah Badu, Common y muchos más. La causa de la muerte fue un paro cardíaco. Tenía 49 años.

Un prodigioso talento cuya estrella se levantó a principios de la década de 1990, y fue descubierto por Wynton Marsalis cuando aún estaba en la escuela secundaria. Marsalis le dio a Hargrove la oportunidad, sumándolo a su banda y presentarlo junto a músicos reconocidos del argot jazzero. 

Después de su corto paso por la Berklee College of Music en Boston, Hargrove comenzó su carrera con seriedad, editando álbumes en solitario y tocando junto a notables figuras del jazz como Sonny Rollins, Herbie Hancock, Jackie McLean, Oscar Peterson y más.


Hargrove desarrolló su gusto por el neo soul y sonidos más recientes a principios de este siglo, colaborando con artistas como D’Angelo, Macy Gray, Nile Rodgers o Erykah Badu, pero su recuerdo más perdurable será como integrante de esa generación del neo-bop, o neotradicionalistas, a la que se dio en llamar The Young Lions (“Los jóvenes leones”), junto a Joshua Redman, James Carter o Antonio Hart.


Su deceso se produjo el viernes a los 49 años en Nueva York; sufría de una disfunción renal crónica que no le permitió en los últimos años desarrollar su carrera con normalidad.


Roy Anthony Hargrove
16 de Octubre de 1969 - 02 de Noviembre de 2018