domingo, 28 de junio de 2020

MONK - PALO ALTO



El valor y la importancia que tiene la música para cambiar la historia cada vez está más presente. Los actos ocurridos en los últimos días en Estados Unidos no hacen más que poner en primera línea un problema que siempre ha existido en el continente americano. El racismo siempre ha estado presente pero las acciones ciudadanas pueden modificar la sociedad. En una época en la que mirar el pasado para comprender el presente es cada vez más importante, llega un disco inédito de Thelonious Monk.

El disco se remonta a 1968, cuando Danny Scher, tuvo la impresionante idea de conseguir que Thelonious Monk y su cuarteto actuaran en su instituto. El centro, situado en Palo Alto (Sillicon Valley, California), se llenó de gente. El acto, demostró una vez más que la población podía dejar de lado el racismo y unirse.

En ese momento, un joven Scher, que soñaba con convertirse en promotor musical y amante del jazz, se las ingenió para cumplir su sueño. Este trabajo no se podía haber publicado sin la ayuda del conserje del instituto. El empleado tiró de astucia y se ofreció para afinar el piano a cambio de que le dejasen grabar el concierto de Thelonious Monk y su cuarteto. Esa cinta, que restaba perdida durante varias décadas, ha llegado a nuestros días.

Cuando Monk descendió de la camioneta que lo dejó en Palo Alto las entradas se vendieron en minutos. Así, un domingo de finales de octubre, el cuarteto con Charlie Rouse en saxo, Larry Gales en bajo y Ben Riley en batería se presentó ante blancos y negros, en un concierto que alivió la tensión en la ciudad, aunque Monk ni siquiera imaginó que su figura quedaría en la historia del lugar. 

El concierto fue grabado por el conserje del colegio y la cinta terminó olvidada hasta que hace 15 años Danny Scher, convertido en eficiente productor musical, la encontró y se contactó con el hijo de Monk, TS, dando inicio a un proceso que concluirá el 31 de julio, cuando el show se edite en vinilo y CD. Casualidad o no, la música de Monk y la tensión racial se cruzan otra vez.

En el disco ‘Palo Alto’, grabado en directo en esa actuación de octubre de 1968, se observa el cambio que ha vivido la sociedad en algunos aspectos. El trabajo discográfico, que estaba previsto que saliera antes de las distintas crisis que estamos viviendo, sirve para comprender que algunas cosas siguen estando igual.-

domingo, 21 de junio de 2020

SANTIAGO LEIBSON - LITTLE PIECES



Pianista argentino instalado en Brooklyn, es uno de los más destacados de la camada, que alberga a esa vanguardia silenciosa que produce un jazz de autor no tradicional.

Su enfoque nos da certeza de una notable madurez, que además genera un trampolín para la composición; sabe muy bien lo que quiere decirnos y cristaliza su experiencia estética.

Este es su 5to álbum donde lo secundan; Matt Pavolka en contrabajo y Mark Ferber en batería. El relato está estructurado como una novela, donde cada uno de los seis cortes musicales describe un personaje diferente.

Como adscrito que soy de la formación tripartita, desde hace mucho tiempo, lo escuchado es una expresión fresca de sonidos y emociones con ángulos aún no indagados, que se desenvuelven con lenguaje avanzado.

Tres músicos pletóricos de buen jazz, reformulando el perfil contemporáneo; en las que el trío imprime su propio talante. La belleza es una extraña cosa.


Santiago Leibson: Piano And Compositions
Matt Pavolka: Bass
Mark Ferber: Drums


martes, 16 de junio de 2020

CAGE + SUN


Sun Ra era de Saturno y pertenecía a la raza de los ángeles. Como tal, toda su música y su obra giraban alrededor de sí mismo, de su mensaje extraplanetario a la ignorante humanidad. Parafraseando (mal) a McLuhan, Sun Ra era el medio y el mensaje. John Cage, encarnación de la avant-garde, innovador supremo y filósofo de los sonidos, era tan de este planeta que su obra más conocida puede entenderse como una manera de enmarcar el ruido de la Tierra. También, como una manera de deshacer el concepto de autor. Estos dos astros no estaban destinados a juntarse. Pero lo hicieron.

Es probable que en la vida de esta columna no haya ningún disco que mejor represente el concepto de raro, entendido como (siguiendo a la R.A.E.) inhabitual, extraordinario, infrecuente, extravagante, singular. También, desde luego, es adecuada la otra definición, la de escaso en su clase o especie. Este disco es raro al cuadrado, raros son los sonidos que desprende, raros son sus intérpretes. 

El jazz, género propenso a albergar rarezas, tiene en su plantel pocos bichos más raros que Sun Ra, ex Herman Poole Blount, ex humano, también conocido como Le Sony’r Ra, Le Sonra o Sonny Lee, que tuvo a bien visitar este planeta desde su Saturno natal durante casi ochenta años durante los cuales logró no sólo enfrentarse al establishment militar, judicial y médico de su país (los psiquiatras lo describieron como un psicópata y perverso sexual, aunque intelectual y educado), sino también crear su propio y único estilo: un free de big band rítmico y festivo, completamente alejado de los cerebrales meandros de otros vanguardistas. Cargada de elementos extravagantes, su inefable música era una explosión de oropeles y brillos y, en el fondo, una celebración de su propio autor.

Compositor, filósofo, poeta, teórico de la música, artista gráfico, coleccionista de setas, de John Cage puede decirse que buscaba lo raro en lo humano, o que su rareza era una profundísima y original celebración de la humanidad, del mundo, de lo terrenal. Su composición más famosa, 4’ 33”, puede leerse como si alguien apuntara una linterna al sol, para que le prestemos atención, para que no lo tomemos por sentado, o como dos corchetes que enmarcan todo lo que hay de humano y de terreno en nuestro universo. 

Si la música, una actividad “sin propósito”, como dijo en 1957, no es un “intento de extraer orden del caos ni sugerir una mejora en la creación, sino una manera de despertarnos a la vida”, entonces la idea misma de un autor de ese orden queda en cuestión. Como dice Howard Mandel en las notas de este rarísimo disco, “Cage busca un estado zen desprovisto de ego”, mientras que Sun Ra es “tan autoindulgente como un déspota bondadoso”. De no ser por una aberrante torsión del espacio-tiempo, estos dos universos paralelos jamás hubieran podido encontrarse.

Pero se encontraron, en un concierto que formó parte de un espectáculo de fenómenos circenses (mujeres tragasables, forzudos, enanos) dentro del parque de atracciones de Coney Island llamado Sideshows by the Seashore. Tiene, por supuesto, sentido: esa comba espacio-temporal sólo podía tener lugar en un circo de fenómenos. 

El disco resultante consiste en dos fragmentos de poco más de veinte minutos cada uno de lo que habrá sido aquel concierto. Escucharlo es una experiencia desconcertante. Sun Ra improvisa en su sintetizador Yamaha DX7 generando una música que se asemeja bastante a la traslación sonora de un electrocardiograma defectuoso. Picos cortantes, planicies irregulares, caídas en el agujero negro de la nada. Es él, el intraplanetario, el más circense de los dos, quien lidera el paisaje sonoro: su sintetizador ocupa todos los espacios y se suma al ruido de la Tierra que a Cage tanto le interesaba enmarcar. Éste, por su parte, interviene en interludios donde lee extractos de su obra Empty Words.

De eso se trata este encuentro improbable, finalmente: de un paisaje incomprensible, con algunos ramalazos de belleza, una suerte de triste fotocopia de la promesa de un estallido supraatómico que se produciría si estos mundos se hubieran juntado durante más tiempo. Pocas cosas más raras que ésta.


Sun Ra-John Cage John Cage Meets Sun Ra.Unedited Fragments of the Historic Concert Sun Ra (sintetizador), John Cage (recitado). Coney Island (Nueva York), 8 de junio de 1986 Meltdown Records MPA-1


© Eduardo Hojman

domingo, 7 de junio de 2020

WE DON'T NEED THIS SHIT!!!!!


Pig Feet: el grito de guerra del jazz y el hip hop frente al asesinato de George Floyd
Kamasi Washington, Terrace Martin, figuras del Jazz, se reunieron con los raperos Denzel Curry, Daylyt y G Perico en un tema que denuncia el racismo policial a partir del asesinato de George Floyd.


“Este malestar en el que estamos es el resultado del asesinato de un hombre por cuatro policías, a plena luz del día, lleno de cámaras. Y no estaban nerviosos, ni preocupados, y eso dice algo. Y eso nos dice algo: que no es la primera vez que lo hacían y que creían que estaban protegidos. No les dimos a esos cuatro hombres ese poder, el gobierno se los dio. Y parte de la razón de porqué George Floyd está muerto es porque los respetó, y dejó que lo esposaran. Y lo mataron. Y después veo gente en la televisión que viene y nos pide que respetemos ese mismo poder… Y tengo amigos, tengo familiares, que fueron detenidos, es una constante: verificaciones de antecedentes, evaluaciones psicológicas… Y quién ya tenían ¿homicidio involuntario? A los otros ni los detuvieron todavía ¿Por qué los protegen?...

"Las palabras son del músico Kamasi Washington el lunes en medio de las movilizaciones en todo el país exigiendo justicia por el asesinado de George Floyd a manos de la policía en Minnesota. "La razón por la que estamos marchando y estamos peleando es porque no son los únicos. ¿Quieren paz? Nosotros también… ¿Cometieron errores? Arreglenlos. Pero no nos pidan que nos quedemos como si nada.”


Terrace Martin es otra de las figuras centrales del jazz estadounidense, multiinstrumentista y productor de músicos como Kendrick Lamar, Snoop Dogg, The Game, Busta Rhymes y Stevie Wonder, entre otros. Ese mismo lunes hicieron con Kamasi un instagram live de más de una hora, conmovidos y muy enojados, no solo denunciando el crimen de George Floyd sino la situación de opresión racista que viven cada día ellos y sus familias.

Un día después, ayer, esa bronca tomó otra forma. "Alguien me preguntó que ¿cómo me siento? Le dije que lastimado, sin miedo, enojado, consciente y totalmente listo para protegerme a mi, a mi familia y a mi gente a toda costa. 

Me reuní con hombres negros que sentían lo mismo que yo y creamos una obra llena de verdad", posteó Terrace Martin, junto con el video de Pig Feet (pies de cerdo) con música de él y Kamasi junto con los raperos Denzel Curry, Daylyt y G Perico, en un alegato anti policial incendiario y tormentoso sobre el crimen de George Floyd y la ira desatada en las calles en estos días de movilizaciones que te deja sin palabras.