jueves, 31 de diciembre de 2020

lunes, 21 de diciembre de 2020

POETA DEL ALMA


24/05/1936 -  08/12/2020
Murió Harold Budd, reconocido compositor de ambient music, a los 84 años

El músico era conocido por sus trabajos minimalistas y las colaboraciones que firmó junto a Brian Eno y Robin Guthrie de Cocteau Twins. Su muerte se debió a complicaciones del coronavirus. 

Este martes 08 de Diciembre falleció Harold Budd, el compositor de obras minimalistas y conocido aliado musical de Brian Eno. Tenía 84 años. Según su publicista Steve Takaki, su muerte se debió a las complicaciones por el coronavirus.

“Mucho para digerir”, escribió en Facebook el líder de Cocteau Twins y colaborador recurrente de Harold Budd, Robin Guthrie. “Compartí mucho con Harold desde que éramos jóvenes, desde que estaba enfermo, compartí mucho con Harold durante los últimos 35 años. Me siento vacío, destrozado, perdido y sin preparación para esto. Sus últimas palabras para mí fueron ‘adiós amigo’. Dejó un agujero muy grande en cualquier dirección que miremos”.

Budd comenzó su carrera musical como baterista, y su educación musical incluyó un temprano curso de teoría musical en Los Angeles Community College, tocando la batería en una banda del ejército.

De a poco, Budd comenzó a interesarse en el minimalismo, pero en lugar de enfocarse en la “música de patrones” al estilo de Steve Reich, encontró inspiración en la música de las épocas medieval y renacentista.

“Cuando hice mi ruptura con la vanguardia en 1970, tanto psicológica como estéticamente, prácticamente rechacé todo lo que había hecho hasta entonces, pero no sabía muy bien qué dirección tomar”, recuerda Budd en una vieja entrevista. “Una vez que me di cuenta de mi interés por la música antigua, encontré una nueva dirección, en la que traté deliberadamente de crear música que fuera tan dulce, bonita y decorativa que molestara y repugnara positivamente a las vanguardias, cuyos feos sonidos habían convertido ahora en una nueva ortodoxia. Por difícil que sea imaginarlo ahora, la belleza de mi música era una declaración política en ese momento”.

Para seguir esta senda, Budd aprendió a tocar el piano por su cuenta, un instrumento que había evitado durante mucho tiempo, resistiéndose a la idea de que todos los compositores debían ser teclistas, y terminó desarrollando un estilo de interpretación de “pedal suave” muy influyente.

Su composición de 1972, “Madrigals of the Rose Angel”, llamó la atención de Brian Eno, quien luego produjo el debut de Budd en 1978, The Pavilion of Dreams. Budd y Eno trabajarían juntos con frecuencia durante la próxima década, colaborando en Ambient 2: The Plateaux of Mirror de 1980, The Pearl de 1984 y The White Arcades de 1988.

Otra colaboración notable de Budd ocurrió en los años ochenta, cuando se asentó en Inglaterra y se relacionó con la banda Cocteau Twins. Lanzaron un álbum colaborativo, The Moon and the Melodies, en 1986, mientras que Budd y Guthrie trabajarían juntos en varios proyectos durante la década de 2000.

domingo, 13 de diciembre de 2020

HERNAN MERLO 4TETO - VEINTISIETESESENTAYUNO


Los caminos empinados de nuestro jazz argento logran que uno reciba con gran satisfacción, la llegada de una nueva producción de nombres emblemáticos y talentosos de la escena. 

Hernán, uno de los pilares fundacionales, nos propone un álbum con otros matices. No trata de revirarse con la vanguardia sino que el camino es hacia un jazz más conciso y particularmente legible, sin perder los valores genuinos de su lenguaje. 

El grupo se caracteriza por su apertura y creatividad hasta el final, y cada composición es valientemente sondeada. Dejan desnudas áreas vírgenes que pivotean entre improvisación y búsqueda. Todos están a punto caramelo; al fin y al cabo son grandes músicos. 

Sin dudas el punto fuerte es Valentín Garvie. Su concepto sonoro lleva la música a otro nivel y arenga al grupo por otros derroteros. Por suerte, lejos de ser devorado por su rol, su talante inspira certeza y personalidad. 

El resultado me parece espléndido, es un hecho consumado que el jazz argento sigue dando batalla en su esfuerzo constante y obstinado por engrandecer y dignificar su identidad. 

Hernán es el sembrador que consigue nuevos brotes en cada disco que saca. Lo arduo, salvaje y experimentador se le es permitido por ser una figura crucial de nuestro terruño. 

Hernán Merlo: Contrabajo
Valentín Garvie: Trompeta
Nataniel Edelman: Piano 
Fermín Merlo: Batería

SP

domingo, 6 de diciembre de 2020

BARNEY + TETE


El saxofonista francés Barney Wilen es una suerte de músico de culto para muchos aficionados al jazz. Acaso haya tenido que ver que acredita en su trayectoria haber compartido escena y sesiones con Miles Davis y Thelonious Monk.

Pero sin dudas fue la banda sonora de la película Ascensor para el Cadalso la que le abrió las puertas de la escena grande del jazz. La historia es bastante conocida: el director Louis Malle fue convencido por un allegado de contratar a Miles Davis para sonorizar su opera prima, un hipnótico film noir francés en el que se lució la actriz Jeanne Moreau. 

Miles estaba por ese entonces en París, era 1957, y aceptó el encargo a raíz de que se habían suspendido unos conciertos que tenía programados. Kenny Clarke, que vivía en Francia, sería el baterista. Y la banda se completó con músicos locales: Barney Wilen en el saxo tenor, René Urtreger en piano y Pierre Michelot en contrabajo. 

El quinteto improvisó durante horas sobre las imágenes que proyectó Louis Malle y el resultado fue una banda de sonido extraordinaria, que luego sería editada como disco con críticas y ventas favorables.

Barney Wilen quedó marcado por ese episodio y muchos músicos norteamericanos que giraron por Europa lo buscaron para sus shows. Así participó de un concierto con el grupo de Thelonious Monk que estuvo inédito durante años hasta que hace poco fue rescatado en una edición. También grabó con Art Blakey, Mal Waldron, Kenny Dorham y Duke Jordan, entre muchos otros.

El sello Elemental Music, que dirigen Zev Feldman y Jordi Soley, ha rescatado tres grabaciones históricas de Barney Wilen que no habían sido editadas. Desde el año último, esta discográfica viene desarrollando un gran trabajo de investigación sobre música sin editar de grandes artistas. En 2019 lanzó Live in Tokyo 91, registrado en el Keystone Korner de esa ciudad con cuarteto francés, que fue premiado como el mejor álbum histórico del año por la Academia de jazz de Francia.

Este año el sello editó otra gran grabación recuperada de Wilen en dúo con el pianista Alain Jean Marie. Es una presentación de 1993 en el Festival Internacional de Jazz de Montreal, que también recibió críticas elogiosas.

Ahora, Elemental Music anuncia para la nueva edición del Black Friday de estos días otro disco de Wilen acompañado nada menos que por el pianista catalán Tete Montoliu, a quienes se suman Riccardo del Fra en contrabajo y Aaron Scott en batería. El álbum recoge un show del cuarteto en el festival de jazz de Grenoble de 1988 e incluye un texto del bajista Del Fra.

"Toda música inédita que recupera a un artista imprescindible para el jazz"

martes, 24 de noviembre de 2020

UN ENCUENTRO EXTRAORDINARIO


"No se puede entender a América sin entender el jazz y no se puede entender el jazz sin entender a Dave Brubeck." - Barack Obama - 

Ediciones Brubeck se complace en anunciar que el 4 de diciembre de 2020 saldrá a la venta "Time Out Takes". El lanzamiento inaugural del sello, programado para celebrar el centenario de Dave Brubeck, presenta las tomas recientemente descubiertas de las históricas sesiones de Time Out de 1959 del Dave Brubeck Quartet. 

Brubeck Editions fue creado por la familia Brubeck para la publicación de música autorizada oficialmente por el difunto innovador musical y original americano, Dave Brubeck y sus muchos colaboradores musicales. 

"Time Out Takes" ofrece a los oyentes una visión del proceso de grabación de una de las grabaciones de jazz más significativas y populares de todos los tiempos. Presenta al innovador pianista y compositor con su icónico cuarteto; junto al saxofonista alto lírico y compositor Paul Desmond; y a la sección de ritmo formada por el contrabajista Eugene Wright y el baterista Joe Morello, que dan energía a cada cautivador tema. Sin dudas un hallazgo sorprendente, por originalidad y grandeza histórica.





lunes, 16 de noviembre de 2020

UN TESTIMONIO GENUINO


Joni Mitchell, la songwriter canadiense más influyente de la última mitad del siglo pasado, participó activamente de la curación de este archivo Vol 1 que promete tener continuidad, para quienes ya la conocen, es un complemento excelente de una parte fundamental de su obra: el origen. 

Y para los que no la conocen es una magnífica oportunidad de entrar por el comienzo al mundo de una de las grandes voces de la canción. Una artista universal, en todo el sentido de esa definición.


Los archivos de Joni Mitchell vol 1 se componen de casi 6 horas de grabaciones inéditas. Grabaciones caseras, en vivo y de la radio.

Editados en un Box set de 5 cd´s y también en edición limitada de vinilos: Un set de 3 LPs con una grabación en vivo: Live at Canterbury House (Ann Arbor, Michigan) 1967 y un LP con sus primeras grabaciones: Early Joni 1963. Una audición que hizo a los 19 años para la radio CFQC de su pueblo natal, Saskatoon, Saskatchewan, Canadá.

martes, 10 de noviembre de 2020

KIRK ON RIVO


Una veintena de discos le bastaron a Rivorecords para edificar una fama de sello de culto para el jazz producido en la Argentina.

Pero el dato llamativo es que la masa crítica del sello se editó hace algunos años y los adictos al género imaginaron entonces con desazón que la discográfica ideada por Justo Lo Prete entraría en modo pausa sin novedades por lanzar.

Pues bien, Rivorecords resurgió del letargo y lo hizo con dos discos de alto vuelo. Uno de ellos, bajo el liderazgo del saxofonista Sebastián Loiácono, fue comentado en esta columna meses atrás. No es un disco más: el grupo que acompaña a Loiácono alista nada menos que a estrellas como Harold Danko, Jay Anderson y Jeff Hirschfield, con el aditamento del saxofonista Rich Perry y el trompetista Mariano Loiácono como invitados.

La otra novedad es muy reciente: Rivo puso en la atmósfera digital un extraordinario piano solo del norteamericano Kirk Lightsey, grabado en 2012 durante una de sus visitas a la Argentina, en la que participó del festival de jazz de Buenos Aires. Luego volvería al país para ofrecer otro piano solo y acompañar al guitarrista Mark Whitfield.

Home Piano se llama este álbum inédito que sin duda tendrá repercusión internacional, porque Lightsey es un pianista de alta valoración en el mundo del jazz, un exquisito representante de algo etéreo bautizado como postbop, pero con influencias que lo emparentan con grandes exponentes del instrumento, como McCoy Tyner o Barry Harris. Justamente con este último Lightsey se decidió a hacer carrera con el piano antes que avanzar con la flauta, otro de los instrumentos que domina. En la casa de Harris comenzó a dominar el arte de la improvisación. Lightsey fue muy requerido como sideman desde la década del 60, cuando acompañó a Chet Baker y a Sonny Stitt. A fin de los 70 recorrió el mundo con el grupo de Dexter Gordon y en 1982 registró su primer disco como líder, un piano solo titulado Lightsey 1.

Rivorecords ya había editado un solo piano de Lightsey en 2012, cuando estuvo en Buenos Aires para el festival de jazz. El nuevo registro que se presenta ahora recupera una sesión especial de aquel año, con Carlos Melero como técnico de grabación. En uno de los temas, The Obvious Blues, Lightsey cuenta con el acompañamiento de Mariano Loiácono en trompeta.

El disco, que suena de manera impecable, está disponible en Bandcamp. Acaso, si la pandemia lo permite, en un futuro haya edición física. El confinamiento global alejó al pianista de sus escenarios preferidos en París y Nueva York. Home Piano nos devuelve su música.


domingo, 1 de noviembre de 2020

NOSAX - NOCLAR

Con este primer álbum, Bastien Weeger y Julien Stella tienen aliento de sobra. No tienen más remedio que reinventarse a sí mismos sin descanso, desplegando la energía necesaria para mantener el sonido en marcha mientras exploran las posibilidades rítmicas, armónicas y tímbricas. Parten tan libres como el aire y emprenden un viaje a lomo de clarinetes y saxofones.

Escuchando "Kahmsïn" se establece inmediatamente un ensueño íntimo. Sentimos el calor de una complicidad que une a dos músicos que se sumergen en el corazón de sus intercambios y el diálogo que cada uno de ellos alimenta a su manera.

Julien Stella y Bastien Weeger se conocen desde hace más de una década y tienen antecedentes artísticos y universos muy singulares. Es en Tours donde se observan mutuamente por primera vez y desde ese momento le dan forma a una propuesta única e innovadora de paladar contemporáneo. El bautismo de fuego vendrá más tarde. Sin embargo, en 2011, ¿Quién los habría imaginado en el mismo tren?. Tocaron juntos en la banda "Groove Catchers" durante varios años y finalmente necesitaron indagar en el sonido acústico y soplar hasta encontrar el color correcto.

"Kahmsïn" es sin duda un punto de inflexión para el dúo. El vídeo grabado en la iglesia de Notre Dame de Bon Port (Nantes) en 2018 oficializa e impulsa a los músicos. El escenario es majestuoso, la música es seria, inspirada. Los primeros conciertos sedujeron en los festivales y al público por igual. La búsqueda de un sonido compuesto y singular se impone como la firma estética del dúo. Reconocemos a "NoSax NoClar" pero no podemos decir exactamente de dónde viene este sonido, ni en qué dirección irá mañana...Imperdible!!!!!!!!!!!!!!!!

YOLK RECORDS - FRANCE 




miércoles, 21 de octubre de 2020

KEITH JARRETT

 

El pianista Keith Jarrett, uno de los más importantes de la historia del jazz, confirmó la razón de su ausencia de los escenarios en los últimos dos años: sufrió dos derrames cerebrales en 2018, uno en febrero y otro en mayo. El intérprete agregó que es muy poco probable que vuelva a tocar en público. 

Mi lado izquierdo todavía está parcialmente paralizado. Puedo caminar con un bastón, pero me llevó mucho tiempo, un año o más. Y no puedo moverme en absoluto por esta casa, de verdad", contó el músico de 75 años en una entrevista con The New York Times. 

El primer derrame “definitivamente se me escapó”, dijo Jarrett. Después de varios síntomas, fue internado y le dieron el alta a los pocos días. El segundo derrame cerebral ocurrió en su casa y debió afrontar un tratamiento que, desde julio de 2018 hasta mayo de este año, le impidió acercarse al piano. Apenas ha tocado algo con su mano derecha. 

Estaba tratando de fingir que era Bach con una mano, pero eso solo fue jugar con algo", señaló. Jarrett afirmó que cuando intentó tocar algunas melodías familiares en el estudio de su casa, descubrió que las había olvidado.

"No sé cuál será mi futuro", agregó el intérprete. “No me siento en este momento como pianista. Eso es todo lo que puedo decir al respecto."

Cuando escucho música de piano a dos manos es muy frustrante en términos físicos. Si incluso escucho a Schubert, o algo tocado suavemente, eso es suficiente para mí. Porque sé que no los podría hacer. Y no se espera que recupere esa capacidad. Lo máximo que se espera es que recupere mi mano izquierda y posiblemente la capacidad de sostener una taza", lamentó.

Los problemas de salud del músico no son nuevos. En 1998 confesó que padecía síndrome de fatiga crónica. Jarrett saltó a la fama mundial en los años 70 como exponente de la nueva camada de pianistas de jazz. Su "Köln Concert"  grabado en esa ciudad alemana en enero de 1975, es el disco de piano solo más vendido de la historia. Con los años, su leyenda se agigantó.

"Me siento como el John Coltrane de los pianistas. Todos los que tocaron saxo después de él demostraron cuánto le debían. Pero no era su música. Era solo una imitación", agregó. Acerca de su capacidad de improvisación, Jarret reconoció antes de un concierto "no tengo idea de lo que voy a tocar". 

Poco antes de sus derrames, Jarrett pudo tocar en Budapest, en 2016, en la Sala Nacional de Conciertos Béla Bartók, con una confraternidad que atribuye a factores personales: su abuela materna era húngara y tocaba la música de Bartók desde muy chica. De hecho, eligió ese concierto como el mejor de su gira de aquel año. 

El factor crucial de aquella velada, reconoció, fue una audiencia excepcionalmente receptiva. "Algunas audiencias parecen aplaudir más cuando sucede algo loco", dijo. "No sé por qué, pero no estaba viendo eso en Budapest".

El presente es muy distinto. "Sólo puedo tocar con mi mano derecha y ya no me convence. Incluso tengo sueños en los que estoy tan desordenado como realmente lo estoy, así que me he encontrado tratando de tocar en mis sueños, pero no es como la vida real".

domingo, 11 de octubre de 2020

AARON BURNETT AND THE BIG MACHINE + ESPERANZA SPALDING

El saxofonista Aaron Burnett y Fresh Sound Records se enorgullecen en anunciar que el 6 de noviembre verá la luz: “Jupiter Conjunct”, nuevo álbum de Aaron Burnett and the Big Machine. 

Aunque Burnett se estableció profesionalmente recorriendo el mundo con Esperanza Spalding, sus ambiciones siempre han sido un poco fuera de este mundo. En Jupiter Conjunct, continuador de "Anomalía" de 2019, aclamado por la crítica, Burnett y Big Machine han ampliado sus horizontes para trascender lo terrestre. 

Inspirado por el planeta más grande del sistema solar, sus lunas en órbita, y las fuerzas cósmicas que de alguna manera evitan que los cuerpos celestes caigan en el olvido, las nueve composiciones de Burnett reflejan su noción de que el sonido y la música sirven como fuerzas unificadoras y de conexión comparables. 

"La Conjunción de Júpiter", dice Burnett, "es un testimonio de mi admiración por nuestro creador y la conexión con todo a través del sonido". 

En torno a Burnett, la estrella polar de la Gran Máquina, lo secundan: Adam O'Farrill en la trompeta, Joel Ross en el vibráfono, Carlos Homs en piano y Fender Rhodes, Nick Jozwiak en contrabajo y Kush Abadey en la batería. 

Juntos toman el desafío para sumar un grano de arena en la expansión del género. La banda refleja las múltiples influencias de su líder adornando una base arraigada en la música clásica y el jazz con elementos de la electrónica contemporánea y la música del mundo. 

Explorar intrépidamente estas nuevas fronteras es más fácil cuando entre sus guías de la galaxia se encuentra una de las estrellas más brillantes del universo, Esperanza Spalding.

All tracks composed by Aaron Burnett



lunes, 5 de octubre de 2020

SONNY + EVANS


 El detective del jazz resolvió dos nuevos casos. Zev Feldman, copresidente de Resonance Records y uno de los productores más reconocidos por su talento para encontrar y desempolvar grabaciones desaparecidas o escondidas en algún arcón, acaba de anunciar la edición para este año de dos trabajos de grandes prohombres del jazz: Sonny Rollins y Bill Evans.

Comencemos por el saxofonista. Esta semana cumplió 90 años y fue un acontecimiento en las redes sociales. Músicos y fanáticos le dedicaron todo tipo de mensajes. ¡Por otros grandes 90!, lo saludó el trompetista Dave Douglas.

Sonny ya no toca, porque una fibrosis pulmonar se lo impide. Su último concierto data de 2012. Pero está activo, escucha música y a menudo se sienta a reflexionar sobre la vida y el jazz con algún periodista, como ocurrió recientemente en una viralizada nota de The New York Times.

El disco que Resonance anuncia para noviembre próximo incluirá música grabada en vivo y en estudio durante una gira que Sonny desplegó por Holanda en 1967. Tenía entonces 36 años y lo acompañaron dos de los jóvenes más prometedores de la escena local: el bajista Ruud Jacobs, quien murió el año pasado, y el baterista Han Bennink, que se destacó en la corriente vanguardista y que estuvo en Buenos Aires para una de las sesiones del festival de jazz porteño.

El álbum llegará primero en un vinilo triple y luego en un CD doble con el título Rollins in Holland: the 1967 studio & live recordings. "La música en este disco es extraordinaria y los fans van a estar encantados", destacó Zev Feldman, y recordó que se trata de un registro de una época fundamental en la vida del saxofonista. En efecto, su último disco en estudio fue East Broadway Run Down, que el sello Impulse! editó en 1966, antes de un paréntesis que se extendió hasta 1972.

Este registro redescubierto incluye un show de principios de mayo en la Arnhem Academy of Visual Arts, en el cual Sonny mostró toda su potencialidad para improvisar, con temas de hasta 20 minutos. Luego hay cuatro tracks grabados dos días después en el VARA Studio de Hilversum y finalmente una presentación en un programa de televisión local. Las cintas fueron descubiertas en 2017 y tras cartón entró en escena Feldman, para dar forma a esta edición que incluirá una extensa entrevista con Jacobs y Bennink, bajista y baterista, y un texto del biógrafo de Rollins, Aidan Levy.



En cuanto al nuevo disco de Bill Evans, Resonance anuncia que será un registro inédito de un trío de corta vida que lideró el pianista junto con Eddie Gomez y Jack DeJohnette. 

Se trata de una presentación en el club londinense Ronnie Scotts de 1968 y también será editado en formato vinilo y CD. El único álbum que grabó este trío por aquel entonces fue el ganador de un Grammy Bill Evans at the Montreux Jazz Festival, también en 1968. El trío no duró más que seis meses, a pesar de la evidente química que demostraba, especialmente porque DeJohnette también tocaba el piano. 

La leyenda o la historia verídica- sentencia que en ese show en Ronnie Scotts estaba presente Miles Davis, quien no dudó en convencer a DeJohnette para unirse a su banda de inmediato.


martes, 29 de septiembre de 2020

PASOS DE GIGANTE


 A 60 años de Giant Steps, una reedición de lujo

Cuando en el verano de 1959 John Coltrane invitó a Wayne Shorter a comer a su departamento del Upper West de Manhattan ya tenía resuelto dejar la banda de Miles Davis. "Lo que toco con él no suena bien", le confesó a un sorprendido Shorter. 

Lo que tocaba con Miles por entonces era nada menos que Kind of Blue, cuyas sesiones habían comenzado en la primavera de ese año. Coltrane tenía 32 y ya estaba convencido de que su carrera debía navegar por otras aguas.

Y fue entonces cuando dio el primer paso para la independencia, acaso alentado por el propio Miles, como algunos sostienen, que ya intuía que él también debía reinventar de algún modo su carrera. Ese paso inicial fue un paso "gigante". La grabación de Giant Steps, el primer disco que Coltrane registró para el sello Atlantic y que se volvió un hito en la historia del jazz.

Se cumple este año el 60 aniversario de ese álbum emblemático. Como suele suceder, la discográfica de turno anuncia la reedición de nuevas versiones del disco. Habrá una edición Deluxe y otra Super Deluxe, con tomas alternativas, falsos arranques y naturalmente un booklet con fotos inéditas y nuevos textos que analizarán esta obra que le dio fuerte impulso a la creatividad de Coltrane. La edición más portentosa de este relanzamiento aniversario incluirá 35 tracks. El disco original enlistaba siete.

Giant Steps, el tema que da título al disco, es uno de los más famosos de la historia del jazz y casi un ejercicio imprescindible para todo músico que se precie de fluidez para la escena. Introduce un acorde nuevo cada dos tiempos y la pieza cambia de tonalidad tres veces en cuatro compases. Son los "pasos de gigante" a los que alude el título. La progresión armónica de Giant Steps acaso reconozca como antecedente el standard Have you meet Miss Jones?, de Richard Rodgers, pero los cambios que Coltrane ideó conformaron un ejercicio inédito para la improvisación en el jazz.

La complejidad y los cambios del tema exigieron un esfuerzo monumental del pianista Tommy Flanagan, cuyo sentido melódico fue puesto a prueba en ese entonces. Años después grabaría una versión extraordinaria de esa composición. Pero Coltrane no se declaraba conforme con buena parte de sus creaciones para el disco "Me preocupa que lo que hago suene a meros ejercicios académicos", le dijo a Nat Hentoff, quien escribió las liner notes para el disco.

Pero si para el propio saxofonista Giant Steps podía sonar casi como ensayo teórico, no puede afirmarse lo mismo de otro gran tema que incluyó el disco, la perfecta balada Naima, que lleva el nombre de la primera mujer de Coltrane.

Según el escritor y especialista en jazz Ted Gioia se trata de la composición más lograda de toda la discografía de Coltrane. Se grabó en una sesión posterior al resto del disco, en diciembre de 1959, con Wynton Kelly en piano, Paul Chambers en bajo y Jimmy Cobb en batería.

La nueva edición aniversario del álbum no se queda corta: incluye seis versiones alternativas de Naima y doce de Giant Steps. 

domingo, 20 de septiembre de 2020

EDUARDO ELIA - LEJOS DEL TORBELLINO

     

El pianista cordobés, dueño de una imaginación forjada a base de talento y conocimiento, nos entrega su último trabajo con un diáfano sentido de la melodía. Desde el comienzo, se da santo y seña a una búsqueda de lo bello y lo preciso en clave meditativa.   

Un mojón que acompañará al oyente en todo el recorrido. Son ambientes tenues que dialogan entre sí, desde una vaporosa sensualidad y languidez. Es música para ser escuchada con paciencia. 

Esa laxitud es la que estimula la interacción. A partir de esos parámetros la oscilación entre dos polos como: “Provocando El Incendio” y “Las Palabras” se encuentran cara a cara; en beneficio de un universo musical que toma forma a medida que avanza la escucha: sonoridad paisajista, ideas ricas en tensa calma y flujo continuo. 

La arquitectura de las composiciones toma cuerpo en la flexibilidad de esas tenues rugosidades, que sostienen el armazón musical.  Si después de escucharlo sentiste calor en el corazón, habrá valido la pena.

 

Eduardo Elia: Piano
Cristian Andrada:Contrabajo
Luis Barzola: Batería
Martin Dellavedova: Saxos
Lucas Acuña: Guitarra
Fabricio Amaya: Guitarra


SPOTIFY

 


miércoles, 9 de septiembre de 2020

GARY PEACOCK


A los 85 años murió Gary Peacock, uno de los contrabajistas más importantes de jazz moderno, de los que más allá del carácter individual del instrumentista concibieron el jazz como una gran posibilidad para el diálogo. La noticia comenzó a circular a partir del anuncio del baterista Jack DeJohnette a través de su cuenta de Twitter. “Lamentamos, con profunda tristeza, el fallecimiento del gran Gary Peacock. 

Tuve la suerte de haber pasado más de 30 años tocando música increíble con él, tanto por separado como en el Trío con Keith Jarrett", escribió DeJohnette, desde 1983 compañero de Peacock en esa máquina de perfeccionar jazz que fue el trío de Jarrett, tal vez el trío más importante del siglo XX, junto al de Bill Evans, con quien Peacock también tocó, en el disco Trio 64, con Paul Mottian en batería. Dueño de un sonido profundo, firmo pero no exento de lirismo, Peacock exploró además las regiones del free jazz, con guías como las del saxofonista Albert Ayler, el trompetista Don Cherry y sobre todo el pianista Paul Bley, con el que grabó discos cardinales del jazz, entre ellos Paul Bley with Gary Peacock, de 1970. 

Peacock nació en Burley y creció en Yakima Couny, Washington. Se formó como pianista y descubrió el jazz a los 15 años, cuando asistió a un concierto de Jazz at the Philharmonic con Oscar Peterson y Ray Brown. Comenzó a tocar el contrabajo de casualidad en Alemania, donde había sido destinado para hacer el servicio militar. “Yo tocaba el piano en un trío y un día se fue el contrabajista y me pusieron a mí. Como en esa época no había contrabajistas en ninguna parte, fui muy requerido para tocar en sesiones con diferentes músicos en Frankfort y sus alrededores”, contó alguna vez. Cumplido el servicio militar, Peacock se quedó en Alemania, donde trabajó con Hans Koller , Tony Scott , Bud Shank.

En la permanente búsqueda de equilibrio y concentración, su estilo inconfundible se iba construyendo bajo las influencias de Paul Chambers, Ray Brown y Scott LaFaro, mientras hacía sus primeras grabaciones con Don Ellis, Clare Fischer y Prince Lasha. En la década de 1960 Peacock se fue a vivir a Japón para estudiar filosofía zen. Allá grabó entre otros con el pianista Masabumi Kikuchi y el baterista Hiroshi Murakami. En 1972 regresó a los Estados Unidos y se matriculó como estudiante en la Universidad de Washington, donde se graduó en biología en 1976. 

Al año siguiente grabó el que sería uno de sus disco fundamentales, Tales of Another. Ahí toca con Keith Jarrett y Jack DeJohnette, prefigurando lo que más tarde será el trío de Jarrett, el gran hito del jazz moderno. De ahí en más, Peacock, convertido en uno de los contrabajistas más admirados, ligó su nombre al trío de Jarrett, y alternó su actividad con grabaciones junto a Marilyn Crispell, Lee Konitz y Bill Frisell, por nombrar algunos. En los últimos tiempos integró un trío con Marc Copland y Joey Baron, el Now This Trio, con el que abrió el Festival de jazz de Buenos Aires el 15 de noviembre de 2017. Fue la última de sus tres visitas a la Argentina.

 

martes, 1 de septiembre de 2020

BIRD



LA BELLEZA CONVULSA

Hace 50 años Charlie Parker entraba directamente en la leyenda. No había vivido como le corresponde a un artista supremo. Su conducta marginal y su independencia de criterio le convirtieron, desde el principio de carrera hasta su último día, en el maldito por excelencia. 

No por ello dejaría de convertirse en el faro incuestionable, el guía de sus contemporáneos, como iba a serlo también de las generaciones posteriores. Pocos escaparon del arrastre magnético e incontenible de su influencia. Hace 50 años, la música  de jazz estaba en un proceso de cambio radical. La mecha la había encendido, pocos años antes, el propio Parker. 

Este año, en todo el mundo del jazz, se recuerda que hace medio siglo dejaba de sonar la belleza convulsa y convulsionante del que, con toda probabilidad, ha sido el más grande improvisador conocido de la historia. Hoy tenemos sus grabaciones, en constante reedición, que siguen alumbrando la música más vital de nuestro tiempo. 

El también saxofonista Ken Vandermark, pertenece a otro mundo y a otra época, pero sigue una misma estirpe: la del artista que busca la expresión afilada y exploratoria. Nadie puede dudar de que la música de este saxofonista terso y frenético sigue rindiendo tributo a Parker desde una iconoclastia abrupta y autónoma.


Publicada con motivo de cumplirse un aniversario más del nacimiento de Bird el pasado 29 de Agosto.- 
©Másjazz 2005

lunes, 24 de agosto de 2020

NEIL YOUNG - HOMEGROWN

EL DISCO PERDIDO Y DE DESAMOR QUE NEIL YOUNG TENÍA GUARDADO

A mediados de los 70, todos querían tocar con Neil Young y las discográficas estaban abiertas a cualquier disco que propusiera. En medio de esa etapa genial y creativa, Young grabó en 1975 Homegrown, un proyecto personal e intimista que creció durante el duelo por su separación de la actriz Carrie Snodgress. 

“Está lleno de amor perdido y exploraciones. Una grabación que ha estado oculta durante décadas. Demasiado personal y reveladora como para exponerse en la frescura de aquellos tiempos”, confiesa hoy Young sobre un disco que recién ve la luz ahora. 

El disco -con el sonido familiar de Young de mediados de los 70, dominado por la guitarra acústica y la armónica- contó durante la grabación con la colaboración de Levon Helm, Karl T Himmel, Emmylou Harris y Robbie Robertson. 

Y sólo un par de temas, como “Love Is A Rose” y “White Line” reaparecieron en otras versiones o conciertos con Crazy Horse. Homegrown también tiene joyitas en las que se permite reírse del duelo como “We Don’t Smoke It Anymore”. Musicalmente, Young define el álbum como la conexión entre Harvest (1972) y Comes A Time (1978): música campestre, de tonalidad acústica e inclinado al country. 

lunes, 17 de agosto de 2020

Joaju + Jota P. - Carola


Presentamos un video nuevo de la serie Joaju + Jota P en vivo, en esta oportunidad el tema Carola del pianista paraguayo Jorge Lobito Martinez, del album de Joaju  Jazz De Acá.
 
El concierto Joaju + Jota P, se dio en el marco de la residencia artística Jazz del Sur, organizado por Síncopa Producciones con la participación especial del destacado saxofonista brasilero Jota P (Hermeto Pascual, Andre Marques, Thiago Espirito Santos) quien estreno obras junto al cuarteto Joaju, y así mismo compartió un repertorio cargado de músicas con identidades propias.

Otros videos de la presentación incluyen los temas Coronel Martinez del álbum de Joaju Ahoraite, y Aos hermanos paraguaios, composición de Jota P estrenada en el concierto.

viernes, 7 de agosto de 2020

EL JAZZ ARGENTINO SIGUE ADELANTE!!!

La pandemia frenó proyectos, shows, giras y festivales, pero no logró derrumbar el empuje de gran cantidad de músicos locales que se fueron reorganizando para diseñar su actividad y buscar alternativas para difundir sus propuestas.

Los locales de jazz están cerrados, pero ya hay atisbos de streaming y seguramente pronto habrá protocolos para una gradual reapertura. De hecho en Europa los clubes comenzaron a recibir público.

A falta de shows en vivo, bienvenidos sean los discos. Con el foco en la edición digital, aunque sin descuidar el formato físico, se lanzaron en las últimas semanas, varias grabaciones de músicos argentinos de lustre internacional, mientras se preparan otras para los próximos meses.

Sebastián Loiácono es uno de los saxofonistas con un presente notable y una proyección incalculable. Acaba de editar su primer disco para el sello Rivo Records, de reconocida trayectoria en álbumes de jazz con artistas locales e internacionales. 

El título es Happy Reunion, que más allá de evocar a Duke Ellington, seguramente refleja la felicidad de Loiácono al haber reunido en un estudio a estrellas del jazz global como el pianista Harold Danko, el saxofonista Rich Perry, el contrabajista Jay Anderson y el baterista Jeff Hirschfield. 

También participa Mariano Loiácono en trompeta en uno de los tracks. Estos cruces suelen ser posibles a partir de la convocatoria del Festival de Jazz porteño, que suma invitados de todo el mundo en cada edición. En este nuevo disco, disponible en Bandcamp, Loiácono pone la vara alta y exhibe un sonido profundo y un entendimiento impecable con las figuras que lo secundan.

Delfina Oliver se abrió paso en la competitiva escena japonesa ya hace cinco años atrás. Viene dando que hablar como cantante residente en Tokio y allí ha forjado estrechos vínculos musicales que quedan plasmados en un nuevo disco, Tokyo Sessions, con arreglos de Simon Cosgrove, pianista también al frente de un trío. Se trata de su cuarto álbum solista y, además de los standards, se distinguen tracks que reflejan la influencia del país donde pasa varios meses al año. Poor Butterfly, por ejemplo, cuenta la historia de una joven japonesa que se enamora trágicamente de un marine, inspirada en la ópera Madame Butterfly. Es swing que alterna con folclore japonés. Disco de alto vuelo y seguramente un hito en la carrera de Delfina.


El sello rosarino BlueArt, que dirige Horacio Vargas, no pierde su hiperactividad. Luego de haber editado varios registros de calidad, entre ellos un show inédito del Gato Barbieri en el Gran Rex, lanzó un nuevo disco del guitarrista Carlos Casazza, esta vez al frente de un notable quinteto. Lo acompañan Sergio Wagner en flugelhorn, Inti Sabev en clarinete, Juan Pablo Navarro en contrabajo y Carto Brandán en batería. Aires de jazz que dialogan con la música rioplatense son elementos distintivos de este trabajo que evidencia la evolución permanente de Casazza y la ductilidad de los músicos que lo secundan.

Otro guitarrista, Dan Pocetti, forma parte de la escudería eyes&ears records y estrena nuevo álbum con el título Retoñar. Son composiciones propias, que revelan una fuerte identidad musical, en las que Pocetti se sumerge junto a Pablo Moser y Marcelo Lanouguere en saxos, Andrés Chirulnicoff en bajo y Mono Valle en batería.


domingo, 26 de julio de 2020

DUST & GROOVES



Una mirada fotográfica al mundo de los coleccionistas del vinilo, en los ambientes más íntimos, y en salas de grabación. Ensayos convincentes del fotógrafo Eilon Paz se combinan con perspicaces entrevistas en profundidad para ilustrar lo que motiva a estos coleccionistas a seguir buscando más registros.

Puede resultar curioso y paradojal el acercamiento que hace el autor de las cuestiones relativas a priori, en lo que respecta a los amantes de los diversos formatos que utiliza la música para llegar al corazón del aficionado. El resultado es visualmente dinámico e interesante a más no poder.  

El lector obtiene una mirada cercana y personal de una variedad de reconocidos aficionados del vinilo, incluidos Gilles Peterson y King Britt, así como un vistazo a las colecciones de DJ, productores, distribuidores de discos y entusiastas cotidianos conocidos y desconocidos. 

Paz nos lleva en un viaje de cinco años desenterrando el alma de la comunidad del vinilo. Un documento imprescindible para quienes amamos la música en sus diversos formatos. Un caprichoso lujo que no podes dejar pasar. 

domingo, 19 de julio de 2020

RENACIMIENTO DE UNA LEYENDA DEL JAZZ PORTUGUÉS



Sale a la venta el primero de los nueve discos que dejó sin editar Bernardo Sassetti, el portugués que componía una música incomparable.

Al mundo del jazz le sobran historias de culto. La mayoría son legendarias y hasta incomprobables -como aquella del piano sin teclas con el que Monk ensayaba en su oscuro confinamiento en la casa de Pannonica- y otras, las menos, son verificables y actuales.

Una de ellas llega de Portugal, país que en los últimos años proyectó grandes figuras y sellos discográficos. La editora Clean Feed, por caso, logró una expansión internacional envidiable, incorporando a su catálogo grandes figuras de la vanguardia jazzística como Kris Davis, Tony Malaby, Marc Ribot, William Parker y muchos más. Pero también lanzó a escena a extraordinarios músicos locales como Susana Santos Silva, Rodrigo Amado, André Fernandes y tantos otros.

Entre ellos, sobresale Bernardo Sassetti, un pianista y compositor cuya temprana desaparición contribuyó a dibujar su estatus de leyenda. Dicen quienes lo escucharon en vivo que su música abre las puertas a una epifanía incomparable. De estilo reflexivo, con especial sensibilidad por la melodía y con formación clásica, Sassetti fue un hito en la música contemporánea portuguesa y en el jazz en particular. Dos discos editados por Clean Feed agigantaron su figura. Nocturno e Indigo, lanzados a principios de este siglo, lo exhibieron en un nivel de expresividad notable. El primero resultó ser el disco de jazz instrumental más vendido en la historia de Portugal hasta el momento.

Pero también sus discos en trío y sus colaboraciones con otros artistas, como el también pianista Mario Laginha fueron celebrados por la crítica y el público. Inclusive, su habilidad para la construcción de climas lo derivó a la composición de bandas sonoras de películas del cine portugués y de otros países, como la reconocida Talented Mr Ripley.

Sassetti murió en 2012, a los 41 años, al caer por un acantilado mientras tomaba fotografías en la región lisboeta de Cascais. Dejó mucha música inédita que sus herederos se proponen publicar. Por lo pronto, en los últimos meses vio la luz un disco exquisito de piano solo que Sassetti grabó en 2005 en el Teatro Micaelense de San Miguel, en la isla más grande de las Azores, donde el músico viajó interesado en cierta leyenda que insinuaba que el piano de ese complejo exponía características únicas.

El disco se llama simplemente Solo y se editó con el impulso de la Casa Bernardo Sassetti, una fundación que se integró luego de su muerte para promover su legado. Es música atrapante, que explora la tradición portuguesa y los climas cinematográficos, entre los se cuela una relectura de After the Rain, de Coltrane.

Este álbum es el primero de nueve que la Casa Bernardo Sassetti se ha comprometido a editar en los próximos años. Entretanto, su herencia musical ya es motivo de tributos. Músicos contemporáneos de Portugal le vienen rindiendo homenajes en discos y presentaciones en vivo. Entre ellos, Bruno Pernadas, Alberto Conde y la Big Band Junior.

Pero la casi veintena de discos que editó en vida, ya sea en formato solitario como en trío y en dúos con otros artistas resultan un descubrimiento excitante para quien no lo tenía en el radar. Un artista que, como pocos elegidos, conmueve desde las primeras notas.


lunes, 13 de julio de 2020

RESCATE EMOTIVO



Lester Bowie mira a los ojos, desafiante: «Art Ensemble of Chicago soy yo», viene a decirnos cual Rey Sol reencarnado en batín. Don Moye habla de A.E.O.C. como de un bien de propiedad compartida. Es el quinto A.E.O.C., como Zeppo era el quinto Hermano Marx, después de Gummo, Chico, Harpo y Groucho, que, no obstante, para la historia fueron tres y, como mucho, medio más por lo que corresponde al zeporro de Gummo (de Zeppo no se acordó ni la autora de sus días). 

Como no podía ser de otro modo, este hijo de Detroit, una «fuerza de la Naturaleza» según le ha llamado con propiedad el cronista, se hizo con el puesto al que otros habían opositado y al punto impuso su autoridad. Le vimos en el Teatro Alcalá-Palace -pongamos que hablo de Madrid- en noche que no olvidaremos mientras vivamos, y otra vez, con las rayas de la metáfisis surcando su rostro o a barba vista, con A.E.O.C. y derivados, y con Los Leaders en sus distintas metamorfosis y con el trío de Kirk Light- sey, que es una especie de Leaders en pequeñito. 

Vino esta última vez con el larguirucho pianista - quien para siempre será «el pianista de Dexter Gordon» en la noche en que «Desiderio-Desiderio (siempre triste, nunca serio)» nos enseñó en qué consiste el jazz, en un campo de fútbol perdido en la inmensidad del extrarradio matritense- para tocar una semana en el Café Central de la Villa y Corte, dos días en el Café España de Valladolid y uno más en Bilbao, abriéndose un hueco entre el ejército de loritos de la tradición (Iglub!) de sólo 21 años de edad -coro de perplejidad- convenientemente arrullados por las multinacionales del disco misil tierra-aire, que están que beben los vientos por estos chicos. 

Don Moye pertenece a una especie en vías de extinción: la de los músicos que, además de hacer música, piensan -puede comprobarlo el lector en la entrevista adjunta-. Como miembro de A.E.O.C. participó en la última gran aventura del jazz moderno que fue la perpetración de la Great Black Music, especie esencialmente omnívora en cuya virtud cifraron sus promotores las esperanzas de regeneración del jazz. Los años les/nos han jugado una mala pasada. 

En tiempos en que los destinos de la música de nuestros amores se rigen desde las mesas de los despachos, con los instrumentos musicales en manos de los no-pensantes (ergo cabezas-cuadradas), pagó su rebeldía con el exilio y la marginación. 
Uno, en su inocencia, se veía a sí mismo llegado a la edad provecta, compartiendo unos spaghettis al pesto con Don Moye, contemplando ambos el mundo y a sus gentes desde la perspectiva del chico malo finalmente reconocido y el crítico de jazz corrupto pero no demasiado y a lo mejor es que contra Wynton/Alvarez del Manzano vivimos mejor. 

Curiosamente, en este Madrid de tono gris-tonto, Moye se aproximó como nunca a la idea que se tiene del batería de jazz como inscrito en una tradición que se remonta a los tiempos de Nueva Orleans y se redefine a partir de la aportación de Kenny Clarke (de todos modos, el gremio de los baterías viene siendo el estamento más dinámico, dentro de lo que cabe, entre los nuevos jazzistas). 

Uno piensa que hora es de poner las cosas en su sitio y restituir su orden natural a los acontecimientos. Que el mundo facundo del jazz haya apartado de su lado a Don Moye -a él y a todos los que son como él-, es una infamia. Que, a lo más, se le aparque en el apartado dichoso de la vanguardia, sub-especie de folclóricos, como forma sutil de tenerlo sujetito. 

Una música que avanza hacia atrás y secciona la parte de su pasado que no se aviene con los intereses de quienes se dedican a venderla, define a quienes la practican, pues no sólo es una injusticia: es del género idiota (Lou Reed lo vió antes que nadie, los llama «músicos idiotas») porque es suicida (de haber tocado jazz, a Bela Bartok se le seguiría considerando hoy vanguardia). En tanto en cuanto Don Moye siga en la brecha, seguirá siendo uno de nuestros héroes.

© CDJ - NRO 28 - Jose M. García Martinez

domingo, 5 de julio de 2020

4RENTENAS SUITE


La suite de Brad Mehldau en cuarentena es un nuevo disco grabado en el contexto de la pandemia por el coronavirus . Todos los músicos en actividad, tienen una historia para contar sobre lo que significa la pandemia de Covid-19 y su incidencia en la vida cotidiana y en el ámbito profesional. 

Para el pianista Brad Mehldau, esa historia comienza con la interrupción de la gira europea de su trío y la cancelación de un viaje planeado de regreso a Nueva York.  

Estando aislado en su casa junto a su familia, en Holanda, Brad Mehldau escribió 12 composiciones sobre lo que estaba experimentando. Pudo grabarlas de forma segura en un estudio de Amsterdam, junto con canciones de Neil Young, Billy Joel y Jerome Kern, para el álbum Suite: April 2020. 

La iniciativa parte de una tristeza y una imposibilidad. La tristeza se asocia con la cantidad de músicos de jazz víctimas de la pandemia. Entre ellos figuró el legendario saxofonista Lee Konitz, un artista muy cercano a Mehldau, con quien grabó el magnífico disco Alone Together, del cual también participó el contrabajista Charlie Haden. La imposibilidad tiene que ver con la abrupta interrupción de la gira que Mehldau estaba llevando adelante por Europa con su trío y el virtual impedimento de retornar a Nueva York. Así, el pianista se refugió en Amsterdam junto a su mujer, la cantante Fleurine (de nacionalidad holandesa) y allí decidió dar forma a este nuevo disco.

La edición en vinilo de lujo (corte directo del master; 180 gramos), está disponible por U$ 100, limitada a 1,000 unidades numeradas, firmadas por Brad Mehldau. Se donará un mínimo de U$ 90 por cada disco vendido al Fondo de Emergencia del Músico Covid-19, de Jazz Foundation of America, gracias a la generosidad de muchos de los participantes del proyecto.También se destina una parte de las ganancias del álbum digital, ya disponible.

 https://bradmehldau.bandcamp.com/




domingo, 28 de junio de 2020

MONK - PALO ALTO



El valor y la importancia que tiene la música para cambiar la historia cada vez está más presente. Los actos ocurridos en los últimos días en Estados Unidos no hacen más que poner en primera línea un problema que siempre ha existido en el continente americano. El racismo siempre ha estado presente pero las acciones ciudadanas pueden modificar la sociedad. En una época en la que mirar el pasado para comprender el presente es cada vez más importante, llega un disco inédito de Thelonious Monk.

El disco se remonta a 1968, cuando Danny Scher, tuvo la impresionante idea de conseguir que Thelonious Monk y su cuarteto actuaran en su instituto. El centro, situado en Palo Alto (Sillicon Valley, California), se llenó de gente. El acto, demostró una vez más que la población podía dejar de lado el racismo y unirse.

En ese momento, un joven Scher, que soñaba con convertirse en promotor musical y amante del jazz, se las ingenió para cumplir su sueño. Este trabajo no se podía haber publicado sin la ayuda del conserje del instituto. El empleado tiró de astucia y se ofreció para afinar el piano a cambio de que le dejasen grabar el concierto de Thelonious Monk y su cuarteto. Esa cinta, que restaba perdida durante varias décadas, ha llegado a nuestros días.

Cuando Monk descendió de la camioneta que lo dejó en Palo Alto las entradas se vendieron en minutos. Así, un domingo de finales de octubre, el cuarteto con Charlie Rouse en saxo, Larry Gales en bajo y Ben Riley en batería se presentó ante blancos y negros, en un concierto que alivió la tensión en la ciudad, aunque Monk ni siquiera imaginó que su figura quedaría en la historia del lugar. 

El concierto fue grabado por el conserje del colegio y la cinta terminó olvidada hasta que hace 15 años Danny Scher, convertido en eficiente productor musical, la encontró y se contactó con el hijo de Monk, TS, dando inicio a un proceso que concluirá el 31 de julio, cuando el show se edite en vinilo y CD. Casualidad o no, la música de Monk y la tensión racial se cruzan otra vez.

En el disco ‘Palo Alto’, grabado en directo en esa actuación de octubre de 1968, se observa el cambio que ha vivido la sociedad en algunos aspectos. El trabajo discográfico, que estaba previsto que saliera antes de las distintas crisis que estamos viviendo, sirve para comprender que algunas cosas siguen estando igual.-

domingo, 21 de junio de 2020

SANTIAGO LEIBSON - LITTLE PIECES



Pianista argentino instalado en Brooklyn, es uno de los más destacados de la camada, que alberga a esa vanguardia silenciosa que produce un jazz de autor no tradicional.

Su enfoque nos da certeza de una notable madurez, que además genera un trampolín para la composición; sabe muy bien lo que quiere decirnos y cristaliza su experiencia estética.

Este es su 5to álbum donde lo secundan; Matt Pavolka en contrabajo y Mark Ferber en batería. El relato está estructurado como una novela, donde cada uno de los seis cortes musicales describe un personaje diferente.

Como adscrito que soy de la formación tripartita, desde hace mucho tiempo, lo escuchado es una expresión fresca de sonidos y emociones con ángulos aún no indagados, que se desenvuelven con lenguaje avanzado.

Tres músicos pletóricos de buen jazz, reformulando el perfil contemporáneo; en las que el trío imprime su propio talante. La belleza es una extraña cosa.


Santiago Leibson: Piano And Compositions
Matt Pavolka: Bass
Mark Ferber: Drums


martes, 16 de junio de 2020

CAGE + SUN


Sun Ra era de Saturno y pertenecía a la raza de los ángeles. Como tal, toda su música y su obra giraban alrededor de sí mismo, de su mensaje extraplanetario a la ignorante humanidad. Parafraseando (mal) a McLuhan, Sun Ra era el medio y el mensaje. John Cage, encarnación de la avant-garde, innovador supremo y filósofo de los sonidos, era tan de este planeta que su obra más conocida puede entenderse como una manera de enmarcar el ruido de la Tierra. También, como una manera de deshacer el concepto de autor. Estos dos astros no estaban destinados a juntarse. Pero lo hicieron.

Es probable que en la vida de esta columna no haya ningún disco que mejor represente el concepto de raro, entendido como (siguiendo a la R.A.E.) inhabitual, extraordinario, infrecuente, extravagante, singular. También, desde luego, es adecuada la otra definición, la de escaso en su clase o especie. Este disco es raro al cuadrado, raros son los sonidos que desprende, raros son sus intérpretes. 

El jazz, género propenso a albergar rarezas, tiene en su plantel pocos bichos más raros que Sun Ra, ex Herman Poole Blount, ex humano, también conocido como Le Sony’r Ra, Le Sonra o Sonny Lee, que tuvo a bien visitar este planeta desde su Saturno natal durante casi ochenta años durante los cuales logró no sólo enfrentarse al establishment militar, judicial y médico de su país (los psiquiatras lo describieron como un psicópata y perverso sexual, aunque intelectual y educado), sino también crear su propio y único estilo: un free de big band rítmico y festivo, completamente alejado de los cerebrales meandros de otros vanguardistas. Cargada de elementos extravagantes, su inefable música era una explosión de oropeles y brillos y, en el fondo, una celebración de su propio autor.

Compositor, filósofo, poeta, teórico de la música, artista gráfico, coleccionista de setas, de John Cage puede decirse que buscaba lo raro en lo humano, o que su rareza era una profundísima y original celebración de la humanidad, del mundo, de lo terrenal. Su composición más famosa, 4’ 33”, puede leerse como si alguien apuntara una linterna al sol, para que le prestemos atención, para que no lo tomemos por sentado, o como dos corchetes que enmarcan todo lo que hay de humano y de terreno en nuestro universo. 

Si la música, una actividad “sin propósito”, como dijo en 1957, no es un “intento de extraer orden del caos ni sugerir una mejora en la creación, sino una manera de despertarnos a la vida”, entonces la idea misma de un autor de ese orden queda en cuestión. Como dice Howard Mandel en las notas de este rarísimo disco, “Cage busca un estado zen desprovisto de ego”, mientras que Sun Ra es “tan autoindulgente como un déspota bondadoso”. De no ser por una aberrante torsión del espacio-tiempo, estos dos universos paralelos jamás hubieran podido encontrarse.

Pero se encontraron, en un concierto que formó parte de un espectáculo de fenómenos circenses (mujeres tragasables, forzudos, enanos) dentro del parque de atracciones de Coney Island llamado Sideshows by the Seashore. Tiene, por supuesto, sentido: esa comba espacio-temporal sólo podía tener lugar en un circo de fenómenos. 

El disco resultante consiste en dos fragmentos de poco más de veinte minutos cada uno de lo que habrá sido aquel concierto. Escucharlo es una experiencia desconcertante. Sun Ra improvisa en su sintetizador Yamaha DX7 generando una música que se asemeja bastante a la traslación sonora de un electrocardiograma defectuoso. Picos cortantes, planicies irregulares, caídas en el agujero negro de la nada. Es él, el intraplanetario, el más circense de los dos, quien lidera el paisaje sonoro: su sintetizador ocupa todos los espacios y se suma al ruido de la Tierra que a Cage tanto le interesaba enmarcar. Éste, por su parte, interviene en interludios donde lee extractos de su obra Empty Words.

De eso se trata este encuentro improbable, finalmente: de un paisaje incomprensible, con algunos ramalazos de belleza, una suerte de triste fotocopia de la promesa de un estallido supraatómico que se produciría si estos mundos se hubieran juntado durante más tiempo. Pocas cosas más raras que ésta.


Sun Ra-John Cage John Cage Meets Sun Ra.Unedited Fragments of the Historic Concert Sun Ra (sintetizador), John Cage (recitado). Coney Island (Nueva York), 8 de junio de 1986 Meltdown Records MPA-1


© Eduardo Hojman