martes, 29 de septiembre de 2020

PASOS DE GIGANTE


 A 60 años de Giant Steps, una reedición de lujo

Cuando en el verano de 1959 John Coltrane invitó a Wayne Shorter a comer a su departamento del Upper West de Manhattan ya tenía resuelto dejar la banda de Miles Davis. "Lo que toco con él no suena bien", le confesó a un sorprendido Shorter. 

Lo que tocaba con Miles por entonces era nada menos que Kind of Blue, cuyas sesiones habían comenzado en la primavera de ese año. Coltrane tenía 32 y ya estaba convencido de que su carrera debía navegar por otras aguas.

Y fue entonces cuando dio el primer paso para la independencia, acaso alentado por el propio Miles, como algunos sostienen, que ya intuía que él también debía reinventar de algún modo su carrera. Ese paso inicial fue un paso "gigante". La grabación de Giant Steps, el primer disco que Coltrane registró para el sello Atlantic y que se volvió un hito en la historia del jazz.

Se cumple este año el 60 aniversario de ese álbum emblemático. Como suele suceder, la discográfica de turno anuncia la reedición de nuevas versiones del disco. Habrá una edición Deluxe y otra Super Deluxe, con tomas alternativas, falsos arranques y naturalmente un booklet con fotos inéditas y nuevos textos que analizarán esta obra que le dio fuerte impulso a la creatividad de Coltrane. La edición más portentosa de este relanzamiento aniversario incluirá 35 tracks. El disco original enlistaba siete.

Giant Steps, el tema que da título al disco, es uno de los más famosos de la historia del jazz y casi un ejercicio imprescindible para todo músico que se precie de fluidez para la escena. Introduce un acorde nuevo cada dos tiempos y la pieza cambia de tonalidad tres veces en cuatro compases. Son los "pasos de gigante" a los que alude el título. La progresión armónica de Giant Steps acaso reconozca como antecedente el standard Have you meet Miss Jones?, de Richard Rodgers, pero los cambios que Coltrane ideó conformaron un ejercicio inédito para la improvisación en el jazz.

La complejidad y los cambios del tema exigieron un esfuerzo monumental del pianista Tommy Flanagan, cuyo sentido melódico fue puesto a prueba en ese entonces. Años después grabaría una versión extraordinaria de esa composición. Pero Coltrane no se declaraba conforme con buena parte de sus creaciones para el disco "Me preocupa que lo que hago suene a meros ejercicios académicos", le dijo a Nat Hentoff, quien escribió las liner notes para el disco.

Pero si para el propio saxofonista Giant Steps podía sonar casi como ensayo teórico, no puede afirmarse lo mismo de otro gran tema que incluyó el disco, la perfecta balada Naima, que lleva el nombre de la primera mujer de Coltrane.

Según el escritor y especialista en jazz Ted Gioia se trata de la composición más lograda de toda la discografía de Coltrane. Se grabó en una sesión posterior al resto del disco, en diciembre de 1959, con Wynton Kelly en piano, Paul Chambers en bajo y Jimmy Cobb en batería.

La nueva edición aniversario del álbum no se queda corta: incluye seis versiones alternativas de Naima y doce de Giant Steps. 

domingo, 20 de septiembre de 2020

EDUARDO ELIA - LEJOS DEL TORBELLINO

     

El pianista cordobés, dueño de una imaginación forjada a base de talento y conocimiento, nos entrega su último trabajo con un diáfano sentido de la melodía. Desde el comienzo, se da santo y seña a una búsqueda de lo bello y lo preciso en clave meditativa.   

Un mojón que acompañará al oyente en todo el recorrido. Son ambientes tenues que dialogan entre sí, desde una vaporosa sensualidad y languidez. Es música para ser escuchada con paciencia. 

Esa laxitud es la que estimula la interacción. A partir de esos parámetros la oscilación entre dos polos como: “Provocando El Incendio” y “Las Palabras” se encuentran cara a cara; en beneficio de un universo musical que toma forma a medida que avanza la escucha: sonoridad paisajista, ideas ricas en tensa calma y flujo continuo. 

La arquitectura de las composiciones toma cuerpo en la flexibilidad de esas tenues rugosidades, que sostienen el armazón musical.  Si después de escucharlo sentiste calor en el corazón, habrá valido la pena.

 

Eduardo Elia: Piano
Cristian Andrada:Contrabajo
Luis Barzola: Batería
Martin Dellavedova: Saxos
Lucas Acuña: Guitarra
Fabricio Amaya: Guitarra


SPOTIFY

 


miércoles, 9 de septiembre de 2020

GARY PEACOCK


A los 85 años murió Gary Peacock, uno de los contrabajistas más importantes de jazz moderno, de los que más allá del carácter individual del instrumentista concibieron el jazz como una gran posibilidad para el diálogo. La noticia comenzó a circular a partir del anuncio del baterista Jack DeJohnette a través de su cuenta de Twitter. “Lamentamos, con profunda tristeza, el fallecimiento del gran Gary Peacock. 

Tuve la suerte de haber pasado más de 30 años tocando música increíble con él, tanto por separado como en el Trío con Keith Jarrett", escribió DeJohnette, desde 1983 compañero de Peacock en esa máquina de perfeccionar jazz que fue el trío de Jarrett, tal vez el trío más importante del siglo XX, junto al de Bill Evans, con quien Peacock también tocó, en el disco Trio 64, con Paul Mottian en batería. Dueño de un sonido profundo, firmo pero no exento de lirismo, Peacock exploró además las regiones del free jazz, con guías como las del saxofonista Albert Ayler, el trompetista Don Cherry y sobre todo el pianista Paul Bley, con el que grabó discos cardinales del jazz, entre ellos Paul Bley with Gary Peacock, de 1970. 

Peacock nació en Burley y creció en Yakima Couny, Washington. Se formó como pianista y descubrió el jazz a los 15 años, cuando asistió a un concierto de Jazz at the Philharmonic con Oscar Peterson y Ray Brown. Comenzó a tocar el contrabajo de casualidad en Alemania, donde había sido destinado para hacer el servicio militar. “Yo tocaba el piano en un trío y un día se fue el contrabajista y me pusieron a mí. Como en esa época no había contrabajistas en ninguna parte, fui muy requerido para tocar en sesiones con diferentes músicos en Frankfort y sus alrededores”, contó alguna vez. Cumplido el servicio militar, Peacock se quedó en Alemania, donde trabajó con Hans Koller , Tony Scott , Bud Shank.

En la permanente búsqueda de equilibrio y concentración, su estilo inconfundible se iba construyendo bajo las influencias de Paul Chambers, Ray Brown y Scott LaFaro, mientras hacía sus primeras grabaciones con Don Ellis, Clare Fischer y Prince Lasha. En la década de 1960 Peacock se fue a vivir a Japón para estudiar filosofía zen. Allá grabó entre otros con el pianista Masabumi Kikuchi y el baterista Hiroshi Murakami. En 1972 regresó a los Estados Unidos y se matriculó como estudiante en la Universidad de Washington, donde se graduó en biología en 1976. 

Al año siguiente grabó el que sería uno de sus disco fundamentales, Tales of Another. Ahí toca con Keith Jarrett y Jack DeJohnette, prefigurando lo que más tarde será el trío de Jarrett, el gran hito del jazz moderno. De ahí en más, Peacock, convertido en uno de los contrabajistas más admirados, ligó su nombre al trío de Jarrett, y alternó su actividad con grabaciones junto a Marilyn Crispell, Lee Konitz y Bill Frisell, por nombrar algunos. En los últimos tiempos integró un trío con Marc Copland y Joey Baron, el Now This Trio, con el que abrió el Festival de jazz de Buenos Aires el 15 de noviembre de 2017. Fue la última de sus tres visitas a la Argentina.

 

martes, 1 de septiembre de 2020

BIRD



LA BELLEZA CONVULSA

Hace 50 años Charlie Parker entraba directamente en la leyenda. No había vivido como le corresponde a un artista supremo. Su conducta marginal y su independencia de criterio le convirtieron, desde el principio de carrera hasta su último día, en el maldito por excelencia. 

No por ello dejaría de convertirse en el faro incuestionable, el guía de sus contemporáneos, como iba a serlo también de las generaciones posteriores. Pocos escaparon del arrastre magnético e incontenible de su influencia. Hace 50 años, la música  de jazz estaba en un proceso de cambio radical. La mecha la había encendido, pocos años antes, el propio Parker. 

Este año, en todo el mundo del jazz, se recuerda que hace medio siglo dejaba de sonar la belleza convulsa y convulsionante del que, con toda probabilidad, ha sido el más grande improvisador conocido de la historia. Hoy tenemos sus grabaciones, en constante reedición, que siguen alumbrando la música más vital de nuestro tiempo. 

El también saxofonista Ken Vandermark, pertenece a otro mundo y a otra época, pero sigue una misma estirpe: la del artista que busca la expresión afilada y exploratoria. Nadie puede dudar de que la música de este saxofonista terso y frenético sigue rindiendo tributo a Parker desde una iconoclastia abrupta y autónoma.


Publicada con motivo de cumplirse un aniversario más del nacimiento de Bird el pasado 29 de Agosto.- 
©Másjazz 2005