En Someone to Someone, el nuevo y potente álbum de Jon Irabagon, el caleidoscópico saxofonista revisita su pasado en una historia de dos ciudades: Nueva York, donde saltó a la fama, y Chicago, donde simplemente creció.
Tras Server Farm, su complejo álbum para noneto que incorpora electrónica y la modalidad de lenguaje amplio de la inteligencia artificial, Irabagon presenta este cuarteto acústico y minimalista. Protagonizado por tres músicos excepcionalmente versátiles del Medio Oeste —el trompetista Russ Johnson, el bajista Clarke Sommers y el baterista Dana Hall—, la banda que él llama PlainsPeak ofrece seis composiciones que ilustran la renovada relación del saxofonista con Chicago y sus alrededores (donde creció y reside actualmente).
El nombre PlainsPeak se mantiene fiel a la personalidad compleja de Irabagon y a su afición por los juegos de palabras. Por un lado, hace referencia a su hogar de entonces y de ahora: «Frente a las costas, nosotros estamos en el medio. Chicago es el «pico» de las Grandes Llanuras». Pero cuando se lee rápidamente, se convierte en «plain speak» (hablar claro), una descripción tan buena como cualquier otra para el sonido sin adornos de este cuarteto básico de dos instrumentos de viento, la primera banda de Chicago bajo su propio nombre y un testimonio de las posibilidades ilimitadas de este formato. Irabagon renuncia a los demás instrumentos a su disposición —desde el pesado saxo bajo hasta el raro mezzosoprano y el soprillo, que suena como el trino de un colibrí— para centrarse en el alto, su primer instrumento. «Al principio pensaba tocar el tenor, debido a la gran tradición de saxofonistas tenores de Chicago. Pero toqué el alto en ese primer álbum con Russ, y eso fue lo que prevaleció».
No obstante, la ciudad impregna cada una de las composiciones de PlainsPeak. «Este disco refleja todo lo que me gusta de Chicago y de la música de Chicago, desde el straight-ahead hasta la vanguardia», explica Irabagon. Ayuda que los cuatro artistas sean magníficos intérpretes «inside-outside», igual de cómodos en el mainstream post-bop que en las corrientes vanguardistas.
Hijo de inmigrantes filipinos, Jon Irabagon creció en los suburbios de Chicago y se licenció en música por la Universidad DePaul. Armado con títulos de posgrado de la Escuela de Música de Manhattan y Juilliard, en 2008 ganó el Concurso de Saxofón Thelonious Monk, el primero de una larga y creciente lista de premios y honores que incluyen los premios «Rising Star» de DownBeat (tanto en saxofón alto como tenor) y el Premio Presidencial de Filipinas, el más alto honor civil que se puede otorgar a un filipino en el extranjero. Durante los siguientes doce años se consolidó como uno de los «25 iconos del jazz» de Nueva York (Time Out New York) gracias a su trabajo en bandas lideradas por Dave Douglas, Mary Halvorson, el legendario baterista Barry Altschul y Ralph Alessi, y como miembro fundador del provocador conjunto Mostly Other People do the Killing.
Es difícil imaginar un mejor avatar para la personalidad traviesa de Irabagon o su música juguetona y atrevida, que, al rechazar las convenciones, se ha fusionado en una obra conmovedora y ecléctica.
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