jueves, 8 de mayo de 2008

LA MANO IZQUIERDA MAS CODICIADA CON NUEVO DISCO ESTE SABADO LO PRESENTAMOS

Sin lugar a dudas el trío es la formación más adecuada para disfrutar del piano de Brad Mehldau, un formato que domina a la perfección y en el que se encuentra especialmente cómodo puesto que le permite dar rienda suelta a sus largas e intrincadas exploraciones con la red de seguridad tejida por la sobriedad de Larry Grenadier al contrabajo y Jeff Ballard a la batería, cada vez más asentado e integrado desde que sustituyera a Jorge Rossy hace tres años.
Live es, tras Day Is Done (2005), el segundo disco de esta formación desde que se incorporara Ballard y el cuarto que el pianista graba en directo en el mítico Village Vanguard neoyorquino. Un álbum doble que pretende ser lo más fiel posible a una actuación del Brad Mehldau Trio, permitiendo la posibilidad de escuchar plácidamente desde casa dos sets en vivo en el mismo orden en el que se interpretaron. La única limitación reside en que cada bloque no debía exceder los setenta y cinco minutos –aunque al final ambos discos los sobrepasan ligeramente– con un total de doce extensas y generosas composiciones, cinco de las cuales son originales del pianista y cuatro de ellas inéditas.
El primer disco comienza con “Wonderwall”, el archiconocido single de Oasis, cuya tatareable y pegadiza melodía se encuentra presente a lo largo del tema en una interpretación destacada pero que sabe a poco. Sobre todo, tras el deleite que producen los más de veinte minutos de “Black Hole Sun” de Soundgarden, autentico tour de force del trío con diversos cambios de tempo en donde estos tres músicos disponen de suficiente espacio para desarrollar sus improvisaciones. Una muestra más de la predilección de Mehldau por utilizar temas contemporáneos del rock y el pop para llevarlos a su terreno y a los que se puede considerar como los standards de nuestro tiempo, al igual que otros hicieran en otras épocas al incluir en el repertorio del jazz canciones que en su momento eran ajenas a este estilo pero que con el paso de los años acabaron considerándose auténticos clásicos. También destacan “Ruby’s Rub”, escrita por Mehldau y en la que se aprecia la influencia de Thelonious Monk en su estructura, y la sutileza brasileña de “O Que Sera” de Chico Buarque.
En cambio, en el segundo disco el trío ofrece una versión más convencional y menos inmediata que en el primero, aunque bajo su aparente clasicismo sobresalen la excelente “Secret Beach”, en donde se aprecia la sorprendente y característica capacidad del pianista para improvisar con sus dos manos a la vez, y el standard “More Than You Know” con una digresión de piano en solitario que ocupa casi la mitad de la composición. El trío pone el broche final con “Countdown” de John Coltrane –quien fue el primer músico de jazz que escuchara Mehldau– en una ágil interpretación que se vuelve en su última parte cada vez más free y que, según el propio Brad Mehldau, abre una nueva vía de exploración para el trío en el futuro determinada por la incorporación de Ballard en la formación. Habrá que esperar al siguiente paso para ver hacia dónde les puede llevar.

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