Cómo le hubiera divertido a Julio Cortázar, el involuntario autor
de este libro, que el precioso y voluminoso artefacto aparezca exhibido
en la librería Cúspide de Recoleta, con toda pompa, en pilas de
ejemplares sobre un estante catalogado como “Repostería”. Aunque seguro
alguna mención a la repostería hay en estas 300 y pico de páginas con
entradas ordenadas alfabéticamente que, de hecho, comienzan con una foto
de su abuela materna cebando mate y el recuerdo de una mesa bajo el
emparrado.
“A” de abuela, entonces, y de asados,
Argentina, anteojos y Aurora (Bernárdez), primera mujer del escritor y
hoy su albacea, encargada junto con Carles Álvarez Garriga de la
investigación, selección y organización de este libro genialmente
diseñado por Sergio Kern para los 100 años del nacimiento del autor de
Rayuela.
Pasando las páginas, que tienen un abecedario vertical como las viejas agendas telefónicas, uno tiene pantallazos del inclasificable genio de Cortázar en fragmentos de libros publicados, inéditos, textos que acompañaron exposiciones de arte, cartas, postales, dibujos, entrevistas y recuerdos de quienes lo conocieron. Y también documentos, entradas, tapas, boletos de tren argentino y de tren francés, fotos de viajes… Cortázar, entonces, como un precursor de Internet antes de que la red existiera, porque no son pocas las veces que a uno le dan ganas de ir a la biblioteca, o a la computadora, y seguir una idea que disparó este libro, que tiene un completo índice de las muchas fotos e imágenes que recupera y al que no le vendría mal un índice onomástico. Porque, afortunadamente, hay caprichos. Pero, afortunadamente también, algunos caprichos valen la pena.
Cortázar de la A a la Z
Aurora Bernárdez y Carles Álvarez Garriga (eds.)
Alfaguara, 2014
Fuente - Martín Mazzini para Revista 23
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