domingo, 28 de agosto de 2016

GIUSEPPE PINO: SAX!


Hubo cambios en Argentina y de vuelta estamos en tiempos de regresión neoliberal. Uno de los puntos que se habla en los medios, donde hay mucho debate, es la entrada sin control de productos importados, entre ellos, objetos de cultura, a saber compactos, libros, vinilos, que aparecen a cuenta gotas.

Una de las situaciones que se objeta en el mercado del libro, son los saldos de países  Europeos o los States, que tienen en exceso y sin vender. A raíz de eso, se cuestiona que el mundo vuelca para estos lados malogrados del planeta todo aquello que le sobra, siempre de manera acechante, expansiva e ilimitada lo que perjudica la industria local y llena de remanentes las estanterías de los locales argentinos.

La realidad me indicó en mi último viaje a mi patria chica, Córdoba, que estaba en lo cierto. Bajo el título de ear-books (libros para escuchar) en varias de las míticas librerías del centro, se está llenando de estos libros de fotos, acompañados de cedes.

Vi al estilo de una agencia de viajes, libros con fotos sobre Francia, Italia, Grecia o sobre como cocinar calamares con música a tono. La misma imagen que observaba en los 90 cuando el mismo tipo de política se aplico durante casi 10 años, con el final consabido.

De hecho,  ahora hay dos ediciones de la feria del libro, que se celebra en Buenos Aires. Una la que se hace en la rural y que suele ser híper-concurrida donde están las mega-estructuras comerciales ofreciendo lo suyo; y otra que se hizo hace poco, promovida por las editoriales independientes, esas que se sustentan de manera autónoma y que van dirigidas al público de paladar negro, los específicos teóricos en diversos saberes, aquella movida literaria de calidad que ya va por su quinta edición; cuya publicidad viaja de boca en boca y quizás los comercialmente más perjudicados.

Hace poco leí en una revista de gran tirada, la respuesta del dueño de una editorial pequeña, cuyos libros son casi de culto, al decir que si una editorial de peso le compraba el negocio, por una buena propuesta aceptaba sin más.

Para redondear no pude resistir la tentación y le encargué a un amigo el libro que entra dentro de la categoría a que hacía referencia al comienzo de la nota.  Don Pino retrata a los más consumados saxofonistas, y a su vez le rinde homenaje al instrumento que tiene una población considerable en el mundo  y al padre de la criatura , que no vivió para ver el éxito y el apogeo de su creación.

Incluye cuatro CDs de música con grabaciones que deben haber escuchado hasta el hartazgo o tienen el original o en algún compilado que los trae.

Siempre el público se renueva y el horizonte inabarcable del saxo es amplio. Este libro define la impronta nítida de la escena, colocando en imagen a sus valuartes mas reconocidos, desde el lente de Don Pino. No deja de ser un instrumento útil de consulta para principiantes, aficionados o curiosos. 

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