martes, 17 de abril de 2018

SPINETTA Y LOS SOCIOS DEL DESIERTO – REEDICIÓN



Un inmaculado box set catapulta para la posteridad, el paréntesis noventesco de Luis Alberto y hay nostalgia en todo esto. La reedición, en el formato que parecía pertenecer al pasado,  surge en el mismo contexto histórico en que la banda se dio a conocer. La Argentina neoliberalizada, asistía y era espectadora de la continuidad mutante de un mito de la música local; junto con un power trío de rock puro y duro, ofreciendo su inobjetable visión siempre fiel al espíritu del poeta mayúsculo que fue Luis.

Década de muchos hechos políticos que se vivían con gran intensidad. Uno de ellos;  el gran paro docente, que Luis abrazó con su solidaridad,  la “Carpa De Los Maestros”, como se conoció y tocó: “Barro Tal Vez”. El azar quiso que esta música despertara de su letargo en un contexto político igual o peor creo yo, que antaño. Las carcajadas de la historia.

El fetiche  de lujo contiene,  una caja con 4 vinilos transparentes junto a un libro de fotos que fue un viraje a las fuentes de “Pescado Rabioso”, en la discografía del emblemático músico argentino; donde pisó a fondo el acelerador y materializo su visión de época con letras supremas y sonidos de guitarra que te partían la cabeza.

Tuve la oportunidad de verlo en Córdoba cuando vivía en mi ciudad  y quedamos saciados de rock con clase, sumando la incontrastable calidad del flaco para escribir. Verlo en vivo exponía un país que ya estaba sobre-estimulado, donde se vivía con la ilusión y el espíritu embriagador de que éramos parte, por un ratito, del primer mundo.

No quiero dejar pasar a los dos musicazos que lo acompañaron: Marcelo Torres en bajo eléctrico, músico que como solista y coparticipe de otros proyectos,  trabajo en la vertiente de la música instrumental de proyección y Daniel “El Tuerto” Wirtz en batería, un fuego sin control que arrasaba todo a su paso.

El abrazador marasmo que quedaba después de escuchar la versión de “Sucia Estrella”, “Cheques” o la sutileza de “Luna De Abril” no dejaban de ser un fresco de época, que servía de bálsamo y que exponía abiertamente y sin tapujos, lo ideológico como elemento transformador de lo social, que convivía a la par del sujeto proto-capitalista que todo lo compraba.

Luis como otros colegas comprometidos de aquella etapa, también dejo su huella. Un artista que supo integrar su evolución como compositor, sabiendo moverse en cada paso de su historia replanteándose un camino más allá de “Muchacha...”; integrando su propio lenguaje siempre consecuente con los tiempos que le tocaron vivir.

Este cofre definitivamente es el mejor tributo para reivindicar aún más su marca indeleble, que se agigantará con el paso del tiempo, y donde convergieron tres personalidades de elevado talento, audaces e inspiradas. Imprescindible como objeto de colección, este relanzamiento no hace más que aumentar aún más la figura inabarcable de un profeta en su tierra.



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