Aunque la admiración y a la vez la incomprensión del púbico la acompañó con regularidad a lo largo de su carrera, la figura de la gran cantante, pianista y compositora Nina Simone cobró especial dimensión en los últimos tres años, cuando ya habían transcurrido quince de su muerte, con películas, documentales y libros que rescatan distintas facetas de su vida.
En 2015 Liz Garbus dirigió el documental "What happened Miss Simone?, que está disponible en Netflix y que mereció varias nominaciones a los Oscar. Ese año también se estrenó "The Amazing Nina Simone", un documental dirigido por Jeff Lieberman que reconstruye su vida a través de entrevistas con 50 personas que tuvieron estrecha relación con la artista. Un año después, en 2016, se lanzó Nina, una biopic dirigida por Cynthia Mort. Y en abril del año último Nina ingresó en el Salón de la Fama.
Se han escrito además distintos libros sobre su vida y su arte, pero ahora acaba de ser editado en español un título largamente esperado: "Víctima de mi hechizo. Memorias de Nina Simone", una narración autobiográfica que la aguerrida artista firma con su verdadero nombre, Eunice Waymon.
"Hace casi 30 años que comencé a escribir este libro", dice Nina en el prólogo a la primera edición en inglés, que data de 1991, con el título de un tema que ella versionó con fiereza: I put a spell on you. Su muerte sobrevendría tiempo después, en 2003. La publicación fue lanzada por Libros del Kultrum en España y es de esperar que llegue a la Argentina. La obra, que finalmente vería la luz gracias a la colaboración del cineasta Stephen Cleary, desgrana la evolución de la prometedora carrera artística de una precoz niña prodigio que ya a los tres años comenzó a dar señales muy contundentes de que contaba con un don especial.
La narración, obviamente, se adentra en su toma de conciencia sobre el poder de la discriminación en la sociedad que la vio crecer, que tuvo influencia especial en su carrera, truncándole el sueño de convertirse en la primera concertista clásica de piano negra. La asunción de esa realidad despertó su vocación política y su militancia en favor de la igualdad de derechos y contra la discriminación racial. Tenía apenas 12 años cuando se sublevó: a punto de ofrecer su primer recital de piano en Tyron, su pueblo natal, vio cómo retiraban a sus padres de la primera fila de la Iglesia, sólo por el color de su piel. Se negó a tocar hasta que los volvieron a ubicar.
Desde su exitosa versión de I Love you Porgy hasta su final en una localidad francesa, el recorrido artístico y personal de Nina es por cierto el fundamento ideal para narraciones literarias o cinematográficas.
En este reciente libro editado por del Kultrum, Nina declara, tras un racconto de su vida, que "no encuentro nada de lo que arrepentirme. Una incontable cantidad de errores, no pocos días malos y, lo más regocijante de todo, años de alegría duros, pero también entrañables- en los que luché por los derechos de mis hermanos y hermanas en todas partes". La fuerza de su personalidad la convertiría en leyenda.
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