Siempre es un tema peliagudo, la
aventura de reversionar a alguien tan querido por el público argentino y
alrededores; sobre temas que son propiedad de todos. Sin embargo una vez más, el
pianista se sumerge en la aventura de recrear una música eterna, como lo es el
legado indiscutible de Gustavo Cerati.
Su elección sobre el material temático,
no puede ser más acertada y meditada. Son temas que agitan el espíritu popular
y casi siempre ofician de excusa, para sembrar nuevas semillas sobre lo ya
cosechado.
Creo que lo que mueve al pianista es
inspiración y constante búsqueda, que ha sabido aprovechar en su papel de
co-creador reafirmando su mirada y su versatilidad. Algo que abreva desde sus convicciones más
profundas.
Los arreglos, apuntan alto dando forma
orgánica a la relectura, lo que
corrobora que la fórmula Marco & Migma, es una sociedad única en su tipo. El
poder de fuego del segundo para complementar y adaptar, desde una recíproca
empatía su gestualidad en la bandeja de vinilos, es superior.
La tea que sin dudas ilumina este
trabajo es “alma”, cuyos brotes surgen de una esencia poética profunda, donde
solo nace la belleza de la simplicidad.
Desde un lugar auténtico, Marco aviva
la memoria de uno de sus mentores y sigue siendo una de las voces más
originales de la escena.
Marco Sanguinetti: Piano y Armonio
Violeta García: Cello
Migma: Bandeja De Vinilos
Ezequiel Dutil: Contrabajo y Bajo Eléctrico
Tomás Babjaczuk: Batería
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