viernes, 11 de mayo de 2018

GENTE CON SWING


Así como el jazz se expande en la vitalidad de músicos que surgen y se renuevan, en festivales, clubes y creciente interés de un público ávido, también los libros sobre el género, su historia y sus protagonistas ganan terreno en las bateas con buena respuesta de lectores.

Hay clásicos, se sabe, como los imprescindibles de Ted Gioia y las Memorias de un ladrón de discos de Carlos Sampayo. Pero en los últimos meses comenzaron a publicarse localmente libros que ven la luz a partir del esfuerzo de editoriales independientes que revitalizan puntos de vista sobre el jazz para lectores en español. Fue hace poco Talking Jazz, citado en esta columna, que rescató una serie de entrevistas a músicos claves en la historia y la actualidad del género. Fue una apuesta de la editorial marplatense Letra Sudaca. Ahora, la rosarina Homo Sapiens puso en circulación Gente con Swing, textos de jazz compilados por Horacio Vargas, y aprovechó la Feria del Libro para su presentación.

El concepto es simple: el escritor, periodista y productor Horacio Vargas seleccionó una serie de textos publicados en medios argentinos y españoles, en los que se entreveran escritores, músicos y periodistas especializados en jazz.

Se alistan así escritores como Beatriz Sarlo, Marcelo Cohen o Jorge Fondebrider y también Juan José Saer o Antonio Muñoz Molina. Sarlo rescata el anclaje cultural de los creadores de distintas épocas. "El sonido de cada gran músico de jazz es una de sus marcas personales de originalidad, marca producida en la escucha de la tradición cultural. Sin un anclaje sólido en esa tradición no hay innovación ni ruptura", sostiene. Sampayo sobrevuela ciertos vínculos entre la literatura y el jazz y jerarquiza la biografía del gran saxofonista Art Pepper (Straight Life), al aseverar que en ese relato se filtra una belleza que logra acaso por primera vez "una comunión no forzada entre jazz y literatura".

De Muñoz Molina se posteó un texto publicado en El País de España sobre la relación entre Red Rodney y Charlie Parker, aunque hay que decir que este laureado escritor español acredita varias columnas de alto vuelo sobre el género. Su descubrimiento del pianista portugués Julio Resende es una muestra que vale la pena buscar. Marcelo Escalona se detiene en Bill Evans y rememora el concierto que el artista ofreció en Rosario en 1979, un año antes de morir. Cuenta allí que Horacio Vargas recordó tres cosas impresionantes: la dificultad con la que llegó caminando hasta el piano ("Im very sick"), las inyecciones de cortisona que le colocaban entre los dedos para que se muevan mejor y aun así, la mejor música que se haya esuchado allí.

Jorge Fondebrider ensaya una discrecional selección de músicos "segundas líneas", a los que llama así por haber coincidido con contemporáneos de gran renombre o suceso. Y entre ellos cita al pianista Elmo Hope y a los saxofonistas Don Byas, Ike Quebec y Tina Brooks. Marcelo Cohen repasa nombres de músicos argentinos y se detiene en la obra de Eduardo Elía, un pianista exquisito como muchos otros que pueblan la escena local.

El libro recopila también columnas de Juan Sasturain, Sábat, Diego Fischerman, Pablo Gianera, Humphrey Inzillo, Sergio Pujol, Jonio González y César Pradines, entre otros, y es una invitación a buscar musicalidad y ruptura en textos sobre un género que tiene mucho por contar.


Fuente: Revista Veintitrés

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