Cuarta producción del pianista, recompensa
a la perseverancia, con una propuesta que surca diversos caminos y lenguajes; expresados
con frescura de ideas, con anclaje estético tanto en lo impresionista como lo
expresionista.
El
disco abre con “Cuchillo” y desde ese comienzo Marco ya deja entrever sus pretensiones
sobre el paradigma de su búsqueda sobre Nueva Música Argentina. Ataque directo
sobre la composición con cuerdas, maderas, efectos especiales y lo necesario
para asumir todo tipo de riesgos en ámbitos de experimentación y audacia.
“Ruedas” se vuelve más ácido y violento a medida que se lo escucha. Cubierto
de cierto espíritu indócil hacia una tendencia que expande el dulce caos, recordando que Marco le da un valor
añadido a la aportación grupal. “Caminos” se construye sobre la melodía del armonio
con tonos y texturas que la hacen sonar distinta al resto del material.
Sin dudas, lo mejor de este trabajo es
“No lo sabemos” una delicada pieza melancólica, seductoramente densa que provoca una gama de sentimientos
contrapuestos, agitando los fantasmas del misterio y la tristeza cuyo título
responde a la pregunta que le hiciera Henning Lohner a John Cage sobre que es el
amor: “No lo sabemos, pensamos que es el amor a alguien, pero sospechamos
que puede ser a nosotros mismos. Simplemente no lo sabemos”. Los sonidos
hechos por Migma cumplen un papel fundamental en la decoración final y en general está muy marcada por cierto aire a
lo Radiohead, dicho en un sentido laudatorio, cristalizando una redondez que
con sus variantes acompaña la escucha y como condimento extra, llena de
imágenes la película que cada uno quiera llevar consigo.
“La ventana” se abre y parece un
amanecer a campo abierto, es el único tema cantado por Victoria Zotalis a medio
camino entre la baguala y el folclore de proyección. “Navigator”, “San Telmo” y
“Claramente” aúnan fineza y sensibilidad
a esta excelente producción; quizás el segundo sea un intento de representar el
mapa emocional del pianista, ese toque vivencial que encarnan las sensaciones
del lugar donde vive.
Si me permiten decirlo, todos cumplen
pero en el juego de las diferencias vaya desde aquí mención especial para Dj
Migma, un verdadero artesano del color musical, que con mucho criterio crea un contraste
sonoro encarando las composiciones con impecable imaginación.
Música ajena a los tópicos, con peso y
valor propio, fiel testamento de la creatividad del pianista que materializa aristas
ocultas y soñadas; brotando hacia un mundo que pide ser escuchado.
Ser auténtico en la vida implica una
serie de riesgos a los que creo que Marco está muy acostumbrado a enfrentar.
Marco Sanguinetti - Piano, armonio,
cucharas y tabla
Jerónimo Carmona - Contrabajo
Fermín Merlo - Batería
Migma - Bandeja de vinilos
Victoria Zotalis - Voz
Leila
Cherro - Violoncelo
Mariano
“Manza” Esain - Guitarra
R:IDJ
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