No hay manera de hacer nacer lo nuevo
que desandar lo andado. Después de: “El Gran Escultor”; cobra vida con fuerza
“Soles”, un nuevo proyecto que ilumina desde otro lugar las ideas puestas en él,
por Sebastian donde invierte la carga poética y desde ahí vuelve a recrearse.
La música ofrece un espectro amplio y
transversal en lo que a jazz se refiere. El núcleo del asunto esta en la
retroalimentación de lo aprendido, para así nutrirse de otros colores.
Eso le da una perspectiva más acabada, más completa, más sustentable e integral
al hecho artístico en sí mismo.
De esta manera compartimos aquí unos
subjetivos consejos que dejo la escucha. “Dance” corte que abre la puerta, nos
da claras muestras de lo que vamos a escuchar, jazz de buena cosecha, que es un
paso adelante de su antecesor; más solapado en la exploración de caminos
alternativos sin caer en los desequilibrios de lo desparejo.
Salvo el corte que da título al disco, una composición muy
personal de paladar moderno que comienza con un sonido hipnótico del
contrabajo al que se suma el aliento encantador del
saxofonista; colmado de belleza y espiritualidad, logra un punto mayor y el líder se enseñorea como un gran explorador, sin miedo a lo desconocido.
Piano, contrabajo y batería contribuyen en gran medida al
encuadre de lo dicho aquí. Música en su punto justo de cocción para los
degustadores del buen jazz; sin emociones desmedidas, haciendo honor a sus
maestros. Caigo en un lugar común de la crítica, pero es lo justo para
incitarlos a acercarse a esta propuesta: “Un disco para escuchar una y otra
vez”.
Sebastián Mazzalupo: sax
Miguel Marengo: piano
Juan Bayón: bass
Carto Brandán: drums
Released in May 1, 2018
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