Impecable debut de este artista que tuvo la enorme generosidad de contactarse con este humilde
conductor radial, para difusión de su primer registro.
Muy al estilo de Bill Evans, en la
manera de dilucidar los textos musicales, como para orientar al oyente; dicha
comparación la empleo en sentido laudatorio. Los siete episodios compuestos por
pluma del titular, conforman una unidad temática acertada donde quizás lo
interesante radique, en que es más de lo escuchado ad infinitum de tríos de
este calibre, en donde cada cual argumenta lo suyo.
Su pensamiento ha sabido construir un
universo sonoro con gestos del pianismo romántico; caso de “Ella” que abre el
trabajo, murmurando cada nota y otorgando una clave de entrada para adentrarse
en la experiencia; hasta la evansiana “Buen Viaje” que es sinónimo de exquisitez.
Sin temor a equivocarme Leandro es poseedor de una prolongación ingrávida al
estilo del mencionado referente, en la cual enriquece el pasado con
ingredientes contemporáneos.
La construcción de las melodías, el toque cálido, pulcro de “Cantando” (hay pocos sobresaltos en el camino), priman y pone de relieve un estado de gracia
emocional por parte del pianista; pues aquí no se trata de crear un nuevo
principio estético sobre el arte del trío sino un periplo musical y poético
donde se asienta una imperativa atmosfera de reflexión, cuyo único límite es la
sensibilidad.
Un gran amigo entrañable de mi Córdoba
querida, solía decirme que cuando uno escuchaba determinada cantidad de veces
un mismo disco, esa repetición pasaba a convertirse en otra cosa, en aquel
entonces solo atinábamos a ponernos de
pie, mientras mirábamos el equipo con
cara de asombro. Con ésta música eso sucede. Más de lo mismo, sí, pero como nos
gusta.
Leandro Cantore: Piano
Hernán Cassibba: Contrabajo
Iván Maler: Batería
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