Creo que si me hubiesen puesto este CD
en una escucha a ciegas sin saber de quien es, diría de primeras que es un ECM
sin dudarlo y sin saber quienes son sus
integrantes, no utilizo en sentido peyorativo esta comparación.
Siete composiciones propias son las
células básicas cuyo hilo conductor remiten a percepciones que estriban en la melancolía,
los paisajes lejanos y la difusa niebla que cubre mayormente este debut del
baterista Pablo Díaz, el hombre que con sus parches acompaña los andares de Don
Norris y nos regala este cuadro introspectivo en la inmensidad de la noche.
Hay un gusto por la melodía que es
sustentada por Juan Pablo Arredondo en
guitarra eléctrica, con ecos del Metheny en el mencionado sello alemán y una
pericia que juega a recrearse y ensanchar límites ganando en complejidad.
El punto hipnótico del sonido general es
Paula Shocron muy bien elegida en el teclado Fender Rhodes, agregando claridad
y misterio en tanto que Juan Manuel Bayón
en el contrabajo conversa, arremete y da
forma a lo propuesto por el líder; sin perder en la idea general planteada el
carácter de búsqueda y la intención de llevar al oyente a una escucha atenta.
El toque suspendido de la atmósfera creada
tiene sus vaivenes, como en “Abdullah” o
“Subte” , sería un error pensar que este trabajo deviene de una cierta
arquitectura a la que hago referencia al principio, sino que aquí hay recepción
de ideas y concreción en algo personal que se
distancia de aquello, a lo que apela en algún sentido sea cual fuere su
fuente de inspiración.
Muy buen disco de pulsación calma, con un universo interior
poético y conmovedor , cuyo tema de cierre es el perfecto colorario para que
Pablo se abra camino en el buen hacer
como compositor y en la escena local.
Pablo Díaz : Batería
Juan Pablo Arredondo : Guitarra
Paula Shocron : Rhodes
Juan Bayón: Contrabajo
R:IDJ
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