lunes, 24 de diciembre de 2018

VINILOLANDIA



La renovada avidez por el vinilo sigue marcando recorridos ascendentes, con un nivel de ventas que según mediciones relativamente confiables crece cerca de un 20% anual. Acaso el ritmo sea más vertiginoso, porque los canales de venta y el comercio on line, especialmente de álbumes usados, es difícil de registrar adecuadamente.

El mundo del jazz no ha sido ajeno a este reverdecer del LP. Ediciones que irrumpen en vinilo antes que en CD o en formato digital, sellos que han comenzado a reeditar buena parte de su catálogo en vinilo y, para los más sofisticados, un mercado de ediciones originales muchas de las cuales no se publicaron nunca en CD ratifican que el vinilo tuvo otro año de auge, que promete continuar.

Resonance Records, por ejemplo, lanzó primero en vinilo grabaciones inéditas del saxofonista Eric Dolphy de 1963 e hizo otro tanto con material de Cannonball Adderley. Sólo a principios del año próximo llegarán los CD.

El material rescatado de Charles Mingus en Detroit, que ha sido uno de los acontecimientos del año, tuvo su edición de lujo: una caja de cinco vinilos. El sello ECM, uno de los más valorados por los adeptos al jazz, viene editando buena parte de su material en vinilo y anunció que desde el año próximo reeditará muchos discos que habían quedado fuera de catálogo. El archivo de ECM es altamente valioso: desde Jarrett hasta Charles Lloyd; desde Paul Bley hasta Jan Garbarek o de Bobo Stenson a Pat Metheny, los artistas más renombrados pasaron por allí.

El trompetista Woody Shaw y el saxofonista Dexter Gordon también tuvieron ediciones recientes en vinilo. El primero con el disco Tokyo 1981 y luego con Live in Bremen 1983, ambos con un nivel de sonido a toda prueba. Dexter Gordon vio la luz también en ese formato con un disco en cuarteto en Tokyo 1975 y con un registro en vivo de 1977, Espace Cardin.

Pero más allá de estas ediciones que integran los listados de novedades, la adicción por el vinilo permite explorar grabaciones que sólo aparecieron en ese formato y que hoy resultan codiciadas. Hay en ese terreno mucha música de Mal Waldron, Hampton Hawes, Max Roach, Abdullah Ibrahim o Al Haig, entre tantos músicos con discos de circulación limitada pero que el devoto del jazz le seguirá el recorrido hasta hacerse de una copia.

En la Argentina el grupo Escalandrum lanzó en vinilo su nuevo disco, Studio 2, y hay otros artistas que se preparan para debutar en ese formato. Las ediciones internacionales usadas se pueden rastrear en sitios como Discogs, pero también está en Buenos Aires la disquería Mintons, en una galería de Corrientes y Uruguay, para quienes prefieren recibir sugerencias y revisar el abundante catálogo que allí se despliega.

Y, por cierto, hay más. Una pequeña discográfica gourmet, Newvelle Records, sólo edita vinilos para suscriptores y ya lleva tres temporadas con registros de lujo. Entre sus grabaciones, de cuidada edición, se cuentan trabajos especialmente encargados a músicos como Jack DeJohnette, Don Friedman, Frank Kimbrough, Bill Frisell y Kenny Werner. Nada menos.

domingo, 16 de diciembre de 2018

FIN DE AÑO


El año termina a toda celebración para el jazz y ya se aventuran nuevas propuestas para 2019. Aluvión de ediciones discográficas por estos días calmarán la ansiedad de los adictos al género, a la vez que festivales lejanos y cercanos sumarán adrenalina a quienes puedan trasladarse a otras latitudes.

Comencemos por los discos que comenzaron a circular en los últimos días, tanto en ediciones físicas como en plataformas digitales. Entre las novedades más recomendables figura el disco del trío de Fred Hersch, 97 @The Village Vanguard, que rescata una actuación del grupo justamente en 1997. Editado por Palmetto, el disco muestra a Hersch en un punto alto de su evolución musical, acompañado aquí por Drew Gress en contrabajo y Tom Rainey en batería.

También habrá que destacar un ambicioso proyecto del quinteto de Dave Douglas, el gran trompetista que estuvo en Buenos Aires este año como músico residente en la Usina del Arte. Brazen Heart Live es un combo de cuatro cds dobles que registran ocho sets del grupo en el Jazz Standard de Nueva York. Son todos músicos de primera línea, muchos de ellos conocidos por los porteños a partir de sus visitas a la Ciudad. Integran el quinteto, además de Douglas, el formidable saxofonista Jon Irabagon, Matt Mitchell en piano, Linda Oh en contrabajo y Rudy Royston en batería.

En la lista que gana las bateas este fin de año son infaltables tres álbumes de categoría, los tres de grandes pianistas. El primero es el del trío de Steve Kuhn, To and from the Heart, con Steve Swallow en bajo y Joey Baron en batería. Kuhn cumplió 80 años, con una natural madurez y vitalidad expresiva que demuestra de manera recurrente en sus habituales presentaciones en Birdland de Nueva York. Este nuevo disco es una obra cumbre en su trayectoria.

Otro de los registros de pianistas corresponde a Enrico Pieranunzi, quien en formato de trío se concentra en interpretar la música de Gershwin. Su compatriota Giovanni Mirabassi, también con un trío, produce un disco especialmente sofisticado, Summers Gone, acaso lo mejor que ha editado este artista italiano. Ambos fueron editados por el sello CamJazz.

En materia de festivales habrá que destacar la nueva edición de la cita tradicional de Punta del Este, que anima el incansable Francisco Yobino con la dirección artística de Paquito DRivera. Será entre el 3 y el 6 de enero en la Finca El Sosiego de Punta Ballena, y contará con la presencia de un destacado line up: Johnny ONeal, Gary Smulyan, Aaron Diehl, Benny Green, el cuarteto de Al Foster con Chris Potter en saxo, la cantante Nnenna Freelon y músicos argentinos como Diego Urcola y Pipi Piazzolla.

En enero también tendrá lugar, para los que puedan escapar a Manhattan, el NYC Winter Jazz Festival, que promete varios días de jazz con una sucesión de artistas en distintas locaciones de la ciudad. Decenas de nombres que son un imán para los amantes del jazz: Gary Bartz, Billy Hart, Dave Liebman, Mary Halvorson, Ralph Alessi, Vijay Iyer, Craig Taborn, The Bad Plus, Terence Blanchard, Marc Ribot, Larry Grenadier, Jon Irabagon, Amine Claudine Myers, Helen Sung y tantos más en un festival que quita el aliento.

domingo, 2 de diciembre de 2018

ERIC DOLPHY - MUSICAL PROPHET


Para Coltrane, Eric Dolphy era un par. Este saxofonista, flautista e introductor del clarinete bajo en el jazz, fue siempre una figura inclasificable para los críticos más puristas. Hasta la revista Down Beat llegó a calificar como “anti jazz” alguna de sus intervenciones, pero –nobleza obliga- se retractó poco después de su muerte temprana, en 1964, y lo incorporó a su Hall of Fame.

Dolphy vuelve a ser noticia ahora a partir de la edición de un vinilo triple del sello Resonance Records que en enero próximo tendrá su versión en CD y digital. Musical Prophet es el nombre del nuevo y esperado disco, que ya saltó a las tapas de las principales revistas especializadas: la foto de Dolphy es la cubierta de la norteamericana Down Beat; la británica JazzWise y la italiana Jazzit.

Todo se remonta al legado que Dolphy dejó luego de su trágica muerte en Berlín, el 29 de junio de 1964. No hay acuerdo sobre cuál fue la causa, pero lo cierto es que Dolphy sufrió un coma diabético antes de un show y los médicos lo trataron como si hubiera tenido una sobredosis. Claro, era negro y músico de jazz y eso alimentaba los prejuicios.

Cajas con grabaciones y audios quedaron en la casa de su amigo y mentor Hale Smith, quien sólo se animó a indagar en su contenido varios años después. En 1978 contactó al flautista James Newton, quien nueve años más tarde seleccionó un puñado de temas para una edición de Blue Note que ofició de ayuda para la familia de Dolphy. Tras la muerte de Smith, Newton quedó a cargo del legado y allí entró en escena el movedizo presidente de Resonance Records, Zev Feldman. Entre ambos escucharon varias horas de música archivada y definieron el contenido del proyecto que vio la luz esta semana. El título completo del disco es Musical Prophet: The Expanded 1963 New York Studio Sessons, que incluye dos discos de los tempranos 60, Conversations e Iron Man, más 85 minutos de música inédita.

La edición confirma el perfil absolutamente personal de Dolphy, que era capaz de innovar sobre un tema de Monk de por sí innovador como Epistrophy. Basta escuchar su performance en clarinete bajo en el que fue uno de sus últimos discos, Last Date, grabado en vivo en Holanda con el acompañamiento de músicos de vanguardia –el pianista Misha Mengelberg, el baterista Han Bennink y el bajista Jacques Schols- que entendieron a la perfección que el lenguaje de Dolphy no se asemejaba a nada que se hubiera escuchado hasta ese momento.

Las sesiones ahora editadas fueron registradas en julio de 1963, un año antes de su muerte, y para ese entonces Dolphy ya había compartido escena y estudio con figuras prominentes, desde Mingus y Blue Mitchell hasta Mal Waldron y Coltrane. El bajista Reggie Workman, quien compartió con Dolphy y Trane los discos Africa/Brass y Live! at The Village Vanguard, los recuerda entrelazados en un ascensor creativo en el que no importaba cuánto empujaba uno los límites, porque el otro trepaba con igual intensidad. La nueva edición hace justicia con un músico que no sólo fue venerado en el mundo del jazz sino que ganó prestigio en otros géneros musicales. The Eric Dolphy Memorial Barbecue de Frank Zappa es testimonio de esa admiración.