lunes, 24 de noviembre de 2014

BUENOS AIRES JAZZ.14





Estuvimos presentes en una nueva edición del “Buenos Aires Jazz.14”, que se realizó con distintas actividades, entre recitales, clínicas y charlas tanto de índole internacional como local.

Asistí a los concierto de Marcin Wasilewsky Trío y del enorme Henri Texier ya que al estar de visita, no daban los tiempos para ver todo lo que ofrecía el Festival.
El primero presentando su última producción “Spark of Life” para el sello ECM y el segundo con su Hope Quintet, trayendo consigo la inacabable imaginación del contrabajista para improvisar.

Ambos tocaron con sus destacados acompañantes regalándonos un momento inolvidable. El polaco se lució por su enorme entrega y energía festejando de paso los años que llevan juntos tocando; 20 dijo en medio de una pausa, si la memoria no me falla. Lo mejor de su performance considero, fue el corte de apertura de su ultima producción “Austin”, dedicado al joven pianista prodigio  Austin Peralta, fallecido a la temprana edad de 22 años.

Por el costado francés de la vida, uno de los representantes de peso del contrabajo y del género, cuya historia musical ha sido siempre multidireccional ; es sin dudas una de las patas más representativas del jazz europeo siempre ofreciendo una música que pone cierto énfasis en los sonidos africanos. Sus cruces a dúo junto a Louis Moutin en la batería fueron de lo mejor de la noche. De hecho al final del set, el aplauso más prolongado fue para  Moutin, que dejó las manos y las baquetas echando fuego, amén de lo destacable de la acción conjunta. Lo más colorido fue, “Desaparecido” de su último trabajo, para luego despedirse con un cierre muy sentido por parte de Texier, que a pesar de su castellano trabado, como suele ser cualquier lengua que uno  no conoce a fondo, leyó unas palabras muy emotivas hacia el País y por supuesto agradeció a quien organizó el Festival, el músico Adrián Iaies, por el convite.

Excelente la organización y la puntualidad de los conciertos. Breve reseña sobre una noche maravillosa, donde se mezcló la maestría de los músicos con la emoción de público.

R: IDJ

sábado, 15 de noviembre de 2014

JUAN BAYON – CONTROL


Editado por el sello que administra junto a Mauricio Dawid, Kuai Music y habiendo ganado el concurso de compositores del Fondo Nacional de las Artes, podríamos decir que “Control” vio dos veces la luz del mundo musical. La primera estaba ya en punta para la edición; pero al haberse presentado y  ganado el mencionado certamen se da otra vuelta de tuerca registrándose nuevamente con un presupuesto que lo ayudaba a respirar más cómodamente y rearmar la historia.

Nos encontramos desde el corte de apertura, con un lenguaje surcado desde la composición por un dinamismo no atado a un solo punto, y descontaminado de adscripciones más o menos obvias.

Es un trabajo insinuado, con sonidos cerebrales y potentes, combinados por una exploración sesuda como en “Rupturas” donde el trabajo de los vientos se entrecruza con muy buena sinergia por parte de la triada Domínguez, Famin, Torres; en una exposición de siete minutos que despide un alentador perfume a proyecto en vías de construcción.

“Marea”, el paréntesis de “Control” y la continuación de “El Límite de la Conciencia”, dan una idea acabada de la dirección aquí definida  con piezas densas, absorbentes y despojadas de lirismo.
Hay un vínculo complejo y laberíntico en el cual tras varias escuchas es difícil demarcar cuando finaliza la composición y empieza la improvisación.

Todos cumplen y se siente una gran compenetración con el proyecto, se nota que deben haber estado con sumo gusto en los estudios “Ion”, ya que la soltura y libertad de esta música, son una muestra palmaria de  momentos de profunda densidad en el discurso.

Como punto a destacar, inmejorable la rítmica y el color que le pone desde los parches Fran Cosavella, seguro e inventivo un ejemplo de autonomía y reflexión para el instrumento que siempre o casi, está atrás de todo el decorado escénico. Es un músico al que le cantaría en una partida, “truco a las pardas”, porque espero más de él y va a dar que hablar el joven baterista.

A fuerza de perseverancia acá hay pasión por una música de extraordinaria crudeza en su superficie, que indaga un camino exigente, cuyo centro de estetización surge de un complejo equilibrio de experimentar y quedar satisfechos, asegurando futuras escuchas y manteniendo al oyente criterioso como implicado activo en un auténtico gesto artístico.


Juan Bayon- Contrabajo
Fran Cossavella - Batería
Emma Famin - Saxo
Juan Torres - Saxo

Invitados:
Rodrigo Domínguez - Saxos Tenor Y Soprano
Pablo Moser - Saxo Barítono

domingo, 2 de noviembre de 2014

SANTIAGO LEIBSON - PENDULAR


La riqueza de vuelo lírico, arriesgado y algo fantasmal por momentos, hace que la oscilación pendulante de donde deriva el nombre del trabajo; nos de carta abierta para degustar un jazz que nos lleva a buen puerto. Es decir con densidad,sustancia, riesgos,vericuetos,tensión,distensión,discontinuidades y lo esencial algo que contar.

Sus referencias son las nuestras como oyentes o al menos las mías, al sentirme acogido por una narración que llenó mis sentidos. Mucho del pianismo contemporáneo se ve puesto en la mesa, aquí servida. Y se suman composiciones creadas para que el líder muestre sus dotes como artífice de historias, cinco cortes son de su autoría y dos del contrabajista Maximiliano Kiszner.

La amplitud de determinadas citas complejas donde no hay ensimismamiento de notas al momento de decir lo que se busca, resalta la precisa limpidez del líder y un camino que se va  desenredando imbuído de estéticas depuradas y turbulentas, como el tema de apertura, que nunca se agotan en una sola dirección.
Solo por momentos se siente una ventolera de jazz libre (contenido, no en su estado más afiebrado), que oxigena el paso de los temas consiguiendo generar que el encuentro funcione en plenitud.

Las composiciones de Santiago son puntos o ejes de intensidad que funcionan como conectores, en un entrecruzamiento arduo e indispensable con los del contrabajista; generando un acercamiento más lírico y laxo, como en  “Tamariscos” y “Semblante”. Mientras que la sutileza de “Aparte” o “Nada que ver con el tema”, del pianista, evoca mundos más sugestivos que cautiva y conmueve por su implícita magia. Nicolás Politzer se acopla sin inconvenientes al lenguaje decorativo y grávido, que nace de su instrumento al momento de redondear la consigna.

Un viaje de oculta fascinación cuyo refinamiento textural corre por el mismo andarivel de sensibilidades complementarias, que sin perder la dimensión profunda que le imprimen a esta segunda entrega; nos ofrecen un solitario paisaje de generosa belleza.

Santiago Leibson: Piano
Maximiliano Kirszner: Contrabajo
Nicolás Politzer: Batería

Contacto : leibsonsantiago@gmail.com