domingo, 21 de abril de 2019

REVISIONISMO HISTÓRICO


El Record Store Day es un clásico ya en los Estados Unidos y en otras grandes capitales, no sólo porque las disquerías promueven ofertas y shows en vivo para atraer clientes, sino porque las compañías discográficas aprovechan para lanzar ediciones especiales con un número limitado, muchas de las cuales con el correr del tiempo se vuelven objetos de culto.

En el mundo del jazz también se respeta este formato y los sellos preparan lanzamientos sorpresivos o renuevan discos editados con agregados de ocasión. Desde hace algunos años, la estrella de estos días pasó a ser el disco de vinilo, a tono con su creciente participación en las ventas totales de discos. El incremento de las ventas de vinilos ya supera el ritmo de las de cds.

Este año el Record Store Day en los Estados Unidos será el 13 de abril. Habrá varios lanzamientos de jazz y blues para esta oportunidad. Vale la pena un repaso de lo que se podrá encontrar ese día, teniendo en cuenta que parte del material suele llegar posteriormente a nuestro país.

Charlie Parker with Strings, con tomas alternativas. Este disco, grabado originalmente en noviembre de 1949, fue el primer experimento del icónico saxofonista con un ensamble de cuerdas y una sección rítmica. El disco resultó uno de los más vendidos de Bird. El sello UMe rebuscó en los archivos de Verve Records y encontró tomas alternativas que amplían la dimensión de aquel álbum y que naturalmente convocará a los coleccionistas.

Herbie Hancock, Dedication. Se trata de la primera edición oficial de este vinilo que sólo había sido publicado en Japón. Sellos japoneses fueron grandes protagonistas en lanzamientos de este consagrado pianista. En este álbum alterna el piano acústico y los teclados eléctricos y no faltan sus grandes standards, como Cantaloupe Island y Maiden Voyage.

Wes Montgomery, Back on Indiana Avenue. Se trata de un nuevo disco que el activo sello Resonance Records dedica a los trabajos del gran guitarrista de jazz. En esta ocasión recoge música inédita de sus primeros años en Indianápolis, tierra natal de Wes, tomada de shows en vivo y sesiones de estudio por Carroll de Camp. La presentación incluye un vinilo doble, con un ensayo de Lewis Porter y entrevistas con los guitarristas George Benson y John Scofield.

Bill Evans in England. Resonance Records también vuelve a editar grabaciones del trío del pianista con Eddie Gomez y Marty Morell, en este caso provenientes de una presentación en el club londinense Ronnie Scott´s del año 1969.

Louis Armstrong. Disney Songs, the Satchmo Way. Se trata de una reedición de una de las últimas sesiones de grabación del trompetista, en 1968. Satchmo moriría años después, luego de haber confesado que había disfrutado plenamente la interpretación de aquellos clásicos.

Hay más para este día especial, como el trabajo conjunto de Roy Ayers y Fela Kuti, Music of many colors, editado por Knitting Factory, o el mítico encuentro entre Sun Ra y John Cage, del que a menudo se dudaba que hubiera ocurrido. El blues también trae lo suyo, con ediciones especiales de Albert King y Little Walter.

Cada disco tendrá pocas copias, entre 1500 y 3000. Habrá que estar atentos para no dejar pasar la oportunidad.

domingo, 14 de abril de 2019

BRAD MEHLDAU - FINDING GABRIEL


Que Brad Mehldau lance un nuevo disco no es una noticia infrecuente. De hecho, el año pasado editó dos. Pero sí es menos previsible la orientación que le imprimió a su nuevo trabajo: un álbum con reminiscencias religiosas, inspirado en una lectura de la Biblia, que se sustenta en una orquestación particular para el recorrido de este consagrado pianista. En efecto, en Finding Gabriel, el disco que el sello Nonesuch pondrá en la calle el 17 de mayo, Mehldau aborda sintetizadores y teclados varios, además de poner su voz y el clásico Steinway, en conjunción con formaciones diversas, que incluyen invitados consagrados.

Finding Gabriel sucede a otro disco con formato clásico, Seymour reads the Constitution!, disco nominado a un Grammy que recibió alta valoración entre los críticos.

Según explicó el propio Mehldau, su nuevo trabajo surgió tras una lectura atenta de la Biblia a lo largo de los últimos años, y especialmente la experiencia del arcángel Gabriel. Una palabra perdida, la prédica de la verdad que pocos atienden, el vínculo con las actuales fake news y la pérdida de conexión real entre las personas figuran entre las preocupaciones que movilizan al pianista y compositor.

"Parece como si estuviéramos más separados unos de otros que nunca, sumergidos en las aguas profundas de una solitaria infelicidad", asevera. La pregunta clave que lo estimula es: ¿cómo volvemos a la verdad?

Estas indagaciones existenciales se asientan sobre una paleta musical bien amplia, que arranca con Mehldau explorando sonidos en sintetizadores. Cuenta el pianista que estuvo trabajando con un modelo nuevo, el OB-6, que utilizó en varios de los temas del disco. De hecho, muchos cortes fueron elaborados a partir de una construcción conjunta de Mehldau con sintetizadores y Mark Guiliana en batería, al estilo de la sonoridad de un disco anterior que marcó una colaboración entre ambos, Taming the Dragon. En algunos casos añadieron voces, pero sin texto, sino como parte de la edificación armónica. Entre los cantantes invitados para la ocasión sobresale el consagrado Kurt Elling. El propio Mehldau puso su voz en algunos temas.

En otras composiciones, los arreglos demandaron vientos y cuerdas. Aquí también Mehldau eligió con precisión a sus músicos. Aportan calidad el trompetista Ambrose Akinmusire, los saxofonistas Joel Frahm y Chris Cheek y la violinista Sara Caswell.

Y además se adentró en una experiencia novedosa: en tres temas Mehldau ofició de "one man band", tocando todos los instrumentos. "Tanto los temas en solitario como los que tienen colaboraciones supusieron un aprendizaje y una experiencia llena de descubrimientos", destacó el compositor.

Un primer corte del disco ya está disponible en las plataformas digitales y el mes próximo Nonesuch lo editará en diversos formatos. El sello recibió a Mehldau en 2004, cuando publicó su álbum de piano solo Live in Tokyo.

Desde entonces se sucedieron trabajos con distintas vertientes sonoras, incluida una relectura de cuatro preludios y una fuga del Well Tempered Clavier de Bach. Con el nuevo Finding Gabriel, Mehldau se reinventa: siempre logra algo nuevo para decir.


domingo, 7 de abril de 2019

EDUARDO ELIA - CUANDO SEA NECESARIO



El pianista cordobés, ha estado perfeccionando su arte en cada nueva entrega. En sus manos, la intensidad se convierte en arcilla, algo para moldear de acuerdo a sus necesidades.

Desde sus inicios, ha tomado un camino que plantea un desafío de contrastes y dinámicas, centrándose en componer música nueva; muy bien tramada.

Utilizando el trío como medio de expresión, el desarrollo aparece estructurado en torno a unas composiciones, todas originales del titular con una visión de conjunto que engloba tanto al jazz y sus ramificaciones como  a los nuevos vientos que surcan el cielo local. Compuesto de improvisación y otros ángulos contemporáneos, se busca un nuevo lenguaje y se sale al encuentro de él.

Secundado por fuertes personalidades, conforman un mismo espíritu, donde el marco subyacente e ilimitado sostiene como bandera; el tópico de una renovación que hace rato que camina sola. 

Una madurez innegable, tan profunda como saludable, impermeable y elusiva de los clichés conocidos, con muchos caminos por explorar. El pedigrí de los acompañantes, hace que todo suene nuevo, imperativo y honesto. Las ideas del líder, como las raíces, se expanden y se abren a lo nuevo. 

Eduardo Elia (piano)
Rodrigo Domínguez (saxo tenor)
Sergio Verdinell (batería)


martes, 2 de abril de 2019

MUSICA E INSPIRACION


¿Qué es la inspiración? Esta es una incógnita planteada a lo largo de muchos siglos y dirigida hacia un catalizador del proceso creativo. No obstante, la respuesta apunta a una consideración excesivamente prosaica y parcial. Su incidencia misteriosa y fundamental en la obra para dotarla de identidad no ha sido reconocida por parte de una intelectualidad del siglo XX, que se retractaba de los excesos románticos y subjetivistas del siglo anterior.

El término inspiración conjuga tres vertientes semánticas significativas en relación a la música. La primera la entiende como la acción de introducir aire en los pulmones. La segunda se vincula a algo con influencia divina, especialmente aquella que mueve a artistas y bajo la cual se considera que fueron escritas las Sagradas Escrituras. Y la última, como pensamiento sugestivo o idea espontánea, brillante y oportuna. En ningún caso la abstracción inherente a alguna de estas definiciones facilita las claves concretas para identificarla. Pero paradójicamente engloba a las tres como una experiencia: es física, comparable al acto de prepararse para cantar o interpretar; es espiritual, imprevisible e intangible; y tiene un determinismo decisivo en el acto de creación.

De esta manera lo plantea el compositor y divulgador Jonathan Harvey en el libro Música e inspiración de 1999 traducido al castellano nueve años después por la colección de la editorial Global Rhythm. Nacido como una reducción de su tesis doctoral, se trata de un ensayo que focaliza sin mistificaciones románticas la inspiración como idea y como experiencia. La vuelve a definir y no la presenta como un resultado. Es decir, la vincula al oyente, al intérprete y especialmente al compositor y su proceso comunicativo; no a la obra. Por esta razón busca puntos que aclaren el proceso pero sin una conclusión en firme en la valoración final. Buena parte del libro se dedica a mostrar cómo lo han entendido los compositores, sobre todo desde el siglo XVIII hasta la actualidad, a partir de numerosa documentación: desde textos teóricos hasta la correspondencia y otros escritos personales. Es, pues, un relato que funciona como colección de datos y vivencias muy variadas en una casuística variada hasta el infinito pero empíricamente poco contrastable.

Harvey entiende el origen de la inspiración como un fruto de tres matrices: la interna y lo objetivo; la del mundo exterior; y la fusión de ambas. Nos remite freudianamente a ella como un instinto, como un inconsciente, así como vinculada a un público. De manera idealista nos remite a ella como una relación de los compositores con sus musas, mientras que metafísicamente lo hace como mediadora -y reveladora- de la divinidad. La edición es correcta y con esta publicación se amplió la escasa bibliografía existente al respecto –seria, claro-. El discurso está bien argumentado a pesar de que la abundancia de ejemplos es más un anhelo de ilustración que el pilar de un relato, las bases teóricas del cual son aplicables a otros campos de la creación y el pensamiento.