domingo, 20 de septiembre de 2015

ERNESTO AMSTEIN & GABRIEL DOMENICUCCI – EL OMBLIGO DE UN SUEÑO


Tercera muestra de un músico que no conocía, y que en este loable disco se acompaña de un atípico (por el instrumento) compañero, como lo es Ernesto en teclados Fender Rhodes y Gulitzer.

“El ombligo de un sueño” remite a un concepto freudiano y es la idea dominante del trabajo.

Un manojo de virtudes acompaña a los dos protagonistas, donde la empatía entre ambos es palmaria; con un manejo de las composiciones que recalan en una sazonada  distribución del dialogo, con redondez y calidez sonora.

Siete miniaturas preciosistas se entrelazan abriendo el camino con “Pretos”, desde un hilo conductor de prolijo swing que recala en el tiempo interior que ambos se dan para argumentar; con sugestiva sensibilidad.

“Distancia” es lo más logrado. Un original lienzo donde la calma personal y el tono evocador e intimista, devienen en un poema de colores impresionistas, limpio y claro como un cielo sin nubes. Si cerrásemos los ojos sin saber que instrumentos hay, el sonido de Ernesto bien podría confundirse con la calidez de un vibráfono ejecutado a medio tiempo.

Vuelve el swing sencillo y esa sensación mullida que atraviesa todo en el corte que da nombre al trabajo, donde el tecladista acompasa de manera sabia e imaginativa las composiciones de Gabriel.

El resto, descúbranlo por sí mismos, nada mejor que la sorpresa. Buena salud para estos dos grandes músicos que nos dejan una obra muy bien estructurada con claras opciones de que se puede estar a contrapelo del clásico dúo de piano y contrabajo. Una lección de buen gusto

Alejandra Pizarnik decía: “Las verdaderas fiestas tienen lugar en el cuerpo y en los sueños”. Lograda labor conjunta que funciona en ambas partes, solo hay que estar en un ambiente a media luz, si  es acompañado mucho mejor; poner play y dejarse llevar.

Gabriel Domenicucci - Contrabajo
Ernesto Amstein – Teclados Rhodes Y Wurlitzer

domingo, 6 de septiembre de 2015

NOEL MORRONI – DONDE VUELAN?



Es probable que el oyente que escuche este compacto, se tope con unas sensaciones que  no son de jazz exclusivamente, sino que experimenta, como lo hacen muchos colegas locales con referencias más modernas, no vinculadas al género, pero que por esa cuestión de la etiqueta o el lugar donde debemos ponerla los que reseñamos; seguro que la colocamos en un espacio que está en constante mutación entre el jazz, las vertientes más híbridas y la simpatía por la estética europea.

Sobre una base de siete temas propios, desde las primeras notas de “Intro” y pegadito, “Dónde vuelan?” nos topamos con una vitalidad que desprende desinhibida provocación. Hay un nutricio equilibrio entre escritura, muy trabajada y la comunicación con el  grupo que lo acompaña.

Es especialmente en los cortes más largos donde, sin tratar de epatar, Noël crea el  ambiente necesario  para demostrar sus dotes como compositor de nueva camada.

“Colo” una balada intimista templada de melancolía, “Apa” o “De Mañana” en la misma línea, teñidas de niebla espesa, son el campo donde mejor se aprecian la expresividad e inventiva melódica del pianista. Es un inquieto buscador dentro de su territorio, a partir de una idea totalizadora bien plasmada, consecuencia lógica de un líder que la tiene bien clara a la cuestión.

El universo del pianista se manifiesta, incorporando una riqueza de texturas, sacando partido  hasta de las más mínimas tonalidades de su instrumento. Los acompañantes están a la altura de la intención, sobresaliendo en el aporte de color y luminosidad Ingrid Feniger y Pol Mourelle, este último con un dominio excelente en la creación sutil de lugares íntimos.

Me quedo el antojo amargo a sabiendas de la vuelta del vinilo, que este trabajo no se haya podido editar en ese formato; ya que como fetichista que uno es, el hermoso arte de tapa a cargo de  Betina Levin bien merecida tenía que esa imagen luciera a gran escala.

No se si esta propuesta y la de varios colegas que la transitan, como decíamos al comienzo de la reseña será la música del futuro puertas adentro, solo intuyo que acá dan cumplida respuesta sobre cómo podría seguir el camino por estos lares. Música fresca como amanecer en la playa.

Noel Morroni (Piano y composición)
Ingrid Feniger (Saxo alto)
Pablo Mourelle (Guitarra y fx)
Nacho Szulga (Contrabajo)
Martin Lopez Grande (Bateria)

R:IDJ