domingo, 3 de agosto de 2025

TATIANA PARIS - T H A L L E

El nombre del disco t h a l l e (talo en español) se refiere a una planta sin raíces ni hojas: líquenes, algas. Una forma de presencia en el mundo que se despliega discretamente, como la superficie de un árbol o la cubierta del mar.

Para mí, t h a l l e trata sobre la aleatoriedad y la correlación. ¿Cómo se unen elementos desincronizados para formar un todo armonioso? Siento una gran alegría al organizar el caos de estos materiales que, en encuentros fugaces, se alinean en un mismo momento.

t h a l l e es también una exploración de vastas temporalidades, desde el tiempo suave de las piezas de órgano o Avril, hasta el tempo estriado de Canine.

A menudo siento la necesidad de ralentizar mi ritmo fisiológico para poder escuchar el sonido de otros espacios-tiempos y dentro de ellos.

t h a l l e es un montón de pequeñas entidades autónomas, donde la canción es un árbol y el órgano una piedra.

Tras su primer disco en solitario, Gibbon, publicado por el sello Carton Records en diciembre de 2022, y más de 40 conciertos (Festival Météo, L'atelier du plateau, Jazz à La Vilette, Baignade sauvage, Le petit Faucheux, Bruisme, au Pannonica, Jazzèbre, Instants Chavirés...), Tatiana Paris despliega una nueva faceta en la que la guitarra preparada, la voz y un toque de síntesis modular dialogan con el órgano. 

Navegamos entre la canción ruidosa y el minimalismo espectral, como un encuentro ficticio entre Fred Frith, Ellen Arkbro y Jules Reidy.

Nacida en el seno de una infancia nómada, Tatiana Paris se dedica a la guitarra y al bajo, componiendo, improvisando o interpretando música que habla del corazón, el ritmo y el espectro con intensidad y pasión. Con una trayectoria sinuosa y tardía, salpicada de formación académica, explora y experimenta con una amplia gama de estéticas: música improvisada, tango argentino, pop, jazz, música africana...

De esta rica mezcla surge una forma de composición cruda y poética, como se puede escuchar en GIBBON, su trabajo en solitario para guitarras preparadas, objetos y casetes, publicado por Carton Records en diciembre de 2022.

DONNY MCCASLIN - LULLABY FOR THE LOST

El saxofonista Donny McCaslin, ampliamente aclamado por su papel fundamental en la obra Blackstar de David Bowie, regresa con Lullaby for the Lost, un nuevo y audaz álbum que se inclina hacia una estética impulsada por la guitarra e influenciada por el rock a lo largo de nueve composiciones dinámicas y cargadas de emoción. Abrazando texturas sonoras ampliadas y una exploración intrépida, McCaslin continúa aventurándose en territorios musicales inexplorados en su decimocuarto lanzamiento como líder.

McCaslin grabó el álbum con sus colaboradores habituales: Jason Lindner al teclado, Tim Lefebvre al bajo (que también ejerce de productor), Jonathan Maron al bajo, Zach Danziger y Nate Wood a la batería, y Ben Monder a la guitarra. Su versatilidad compartida y su profunda compenetración musical permiten una fusión perfecta entre la intensidad del rock crudo y la sofisticación matizada y exploratoria que define el sonido del álbum.

El título del álbum tiene múltiples significados para McCaslin, ya que representa tanto el peso del trauma personal y colectivo como la resiliencia que puede surgir a través de él. «Se trata de la esperanza... de que esa luz interior no se apague, sino que se transforme», reflexiona. «Se trata de aprender a canalizar el dolor hacia algo significativo, incluso bello». Las composiciones reflejan ese equilibrio, fusionando la profundidad emocional y la claridad melódica con la energía cruda y sin filtros de las actuaciones en directo de la banda, ofreciendo algunas de las piezas musicales más personales y resonantes de McCaslin hasta la fecha.

Con Lullaby for the Lost, McCaslin se mantiene firme en el momento presente. «Creo que nunca he estado tan contento con el resultado de un disco como con este», afirma. «Es significativo, es urgente y es yo mismo». El álbum invita a los oyentes a perderse en su paisaje sonoro en capas y a emerger con nueva energía, lo que demuestra el don de McCaslin para transformar la emoción cruda en música profundamente expresiva que desafía los géneros.