En su nota de presentación de "At First Light," Ralph Towner escribe sobre la singularidad de tener la mayor parte del trabajo de su vida en un solo sello discográfico. Ha sido artista de ECM durante más de cincuenta años, apareciendo en muchos contextos diferentes, siendo uno de los más importantes una serie de grabaciones en solitario que comenzó con Diary en 1973. At First Light es la última incorporación a la serie de discos en solitario. "Mis grabaciones en solitario", dice Towner, "siempre han incluido mis propias composiciones, en las que hay rastros de los compositores y músicos que me han atraído a lo largo de los años. Músicos como George Gershwin, John Coltrane, John Dowland, Bill Evans, por nombrar algunos. La mezcla de técnicas de teclado y guitarra es un aspecto importante de mi forma de tocar y componer, y creo que este álbum es un buen ejemplo de la plasmación de esta amplitud de influencias en mi música personal."
El repertorio incluye esta vez, además de nuevas piezas de Towner, la versión personal del guitarrista de melodías de musicales de Broadway. Aquí se integran "Little Old Lady" de Hoagy Carmichael (de The Show Is On), y "Make Someone Happy" de Jule Styne (de Do Re Mi, una pieza que a Bill Evans le gustaba tocar), así como el muy versionado aire tradicional irlandés "Danny Boy", que Towner también hace suyo. También vuelve a abordar "Guitarra Picante", una pieza del cancionero del grupo Oregón.
Nacido en el seno de una familia de músicos en Washington en 1940, Towner creció inmerso en la música clásica, el jazz y la música popular de la época. Tocó la trompeta desde los siete años, se dedicó en serio al piano en la adolescencia, estudió composición y, a los 22, se aficionó a la guitarra clásica. "Descubrí que era un instrumento muy pianístico, capaz de una polifonía sofisticada y una miríada de colores tonales". Posteriormente se trasladó a Viena para estudiar guitarra clásica. "Mis estudios incluyeron mucha música renacentista y barroca, que desempeñó un papel fundamental en la formación de mis técnicas de composición e interpretación".
Como ha señalado su colega Scott Nygaard, "nadie toca la guitarra como Ralph Towner, y aunque sus composiciones suenan a menudo 'clásicas' (combinando su afición por la dirección de voces barroca, las armonías stravinskianas y los compases extraños con su propio y fuerte sentido de la melodía), eso se debe principalmente a que cada pieza crece de forma orgánica y elegante a partir de una idea inicial." Junto a las cruciales inspiraciones de la música clásica y la composición contemporánea, Towner también ha extraído profundas influencias de la concepción del jazz de Bill Evans y también de la música brasileña.
"A lo largo de los años fui adaptando cada una de ellas a mi manera", ha dicho Towner: "Los abstraje y modifiqué hasta que las fuentes dejaron de ser reconocibles, y llegué casi sin darme cuenta a un lenguaje propio".
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