miércoles, 15 de septiembre de 2010

EL BRILLO DEL SOL

Supe leer hace un tiempo ya, que hubiese pasado en el hipotético y dudoso caso de haber firmado Trane con ECM, si hubiese sonado como lo hace Lloyd en éste y otros discos para esta casa discográfica. ¿ Lo escucharíamos ingrávido,etéreo, incorpóreo ?
Sinceramente no lo creo, más teniedo en cuenta el último Coltrane con toda su carga espiritual, africanista pero abrazando ese estadío enajenado en un sonido rábido despojandosé de toda animosidad introspectiva.
Yo no puedo dejar de escuchar a Charles con el respeto que me merece, pero tampoco cada vez que lo escucho con una producción nueva, se me aleja del oído en mayor o menor medida los ecos del único e irrepetible tenor de Hamlet. Su influencia omnipresente todo lo abarca y más en músicos como éste.
Entrando en "Mirror" su último disco, debo decir que me ha encantado .
El toque impresionista y el lirismo se conjugan avidamente para adentrarse en las páginas emocionales de cada quien. La retórica melíflua vertebra el contenido y modera cualquier sobresalto en cortes como "The water is wide", "Lift Every Voice And Sing"o "Being And Becoming, Road To Dakshineshwar With Sangeeta".
Los méritos no son solo del saxofonista sino de los excelente músicos que lo acompañan. Esta formación es la misma de "Rabo de Nube", registrado en vivo en Basel (Suiza) y es una de las mejores que ha tenido.
EL lujo de Jason Moran en el piano, el toque húmedo de Reuben Rogers en el contrabajo y el tenue susurro de Eric Harland en la batería logran un nivel de interacción con su líder que le permite flotar en cada interpretación. Un detalle de recogimiento y religiosidad se expone en "Tagi" tema de cierre y el más extenso que incorpora una meditación del Bhagavad Gita inspirada en la palabra de Lloyd.
Lo mejor del cd es "Desolation Sound" y "La llorona" donde la sonoridad del saxo sueña un otoño eterno con la nieve cayendo desde el cielo gris. Pura poesía.
Un álbum que nos invita a reflexionar sobre las sensaciones que nos produce cuyo resultado es una música melódicamente perfecta, cándida y profunda que como el brillo del sol todo lo ilumina.


Charles Lloyd, sax.
Jason Moran, piano.
Reuben Rogers, bass.
Eric Harland, drums

Reseña : Micky Almada


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