miércoles, 8 de septiembre de 2010

EL SUCESOR QUE NO FUE

El domingo pasado tuve la oportunidad de ver el documental que realizó Kasper Collin en 2005 , que pasó por nuestro País y se exhibió en el 9º Festival Internacional de Cine Independiente, en abril de 2007.
La versión que se puede conseguir en DVD, está ( se imaginarán ) sin subtítulos en nuestra lengua y solo adquirible en escasos lugares que traen rarezas y seguro a un precio alto.
Me adentro en mi comentario para no ponerme a despotricar del abandono y la soledad contínua, por parte del mercado discográfico para con el aficionado , lugar en el que me encuentro, y que más de una vez he dejado cuenta en este espacio.
El documental muestra sus años en Escandinavia, su aprendizaje de pequeño del instrumento, su participación con el lejendario músico de blues Little Walter y su paso por el ejército al igual que muchos colegas.
De vuelta por su ciudad natal ( Ohio ) reprograma su carrera y parte para Suecia donde graba sus primeros registros .
De esta etapa hay imágenes riquísimas con amigos, músicos que participaron en las sesiones de grabación y una ex-novia sueca, Ann Westerman, que menea sus caderas en una filmación de aquel entonces.
Unos rostros de disfrute cobran vida cuando le colocan auriculares a Sune Spangberg quien toco la batería en el primer álbum de Ayler y a quienes tocaron con él en distintas épocas y escuchan lo bellamente incómodo de ese crudo lenguaje, cual filo de obsidiana, que busca un lugar donde acomodarse dando un testimonio invalorable.
Una inflexión más que interesante en la narración es la aparición de Sunny Murray contando minusiosamente la negativa de Cecil Taylor estando de gira por Suecia de incorporarlo a tocar y cómo de buenas a primeras, ademán de por medio, lo integran al set, dejando seducido al líder con su sonido furioso en constante ebullición.
EL momento más emocionate es en el funeral de Trane quien dejó solicitud expresa que tocaran Ornette y Albert. Un instante cumbre que conmueve superando los riesgos que implica una despedida que acaba a los gritos sentidos. Es impresionante una foto final de ese pasaje, con Ayler de costado, elevando su saxo hacia el techo de la St.Peter's Lutheran Church, y en el triángulo que forma su brazo, el saxo y su cabeza un haz de luz blanco, que se cuela.
La idea de Collin, me atrevo a decir por lo que ví, es dejar en claro que Ayler fue alguien decidido a poner su particular sello en las notas de su carrera . Un saxofonista que encarnaba un nuevo concepto de libertad en su música, a pesar de haber sido vilipendiado en vida , tratado con desinterés y antipatía por la industria y los críticos.
Coltrane lo había indicado como su sucesor incluso dándole el apoyo necesario, a sabiendas de la impopularidad de esta forma de jazz, algo que sufrió también en carne propia.
No pudo ser. Un 25 de noviembre de 1970 su cuerpo apareció sin vida flotando por las aguas del Río Hudson y se deduce que estuvo en esas condiciones alrededor de un mes. Nadie puede determinar en que circunstancias y porque. ¿ Saltó o lo empujaron ?

“If people don´t like it now, they will”

“Si a la gente no le gusta ahora, le va a gustar después”

Albert Ayler.


PD: Les recomiendo si pueden conseguir "Holy Ghost” un magnífico box - set de 10 cd's editado por Revenant donde aparece todo este material invaluable. Y si no, para este lado del mundo ya saben por donde.

Reseña : Micky Almada

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