Con un paisaje inmejorable y una escueta pero cuidada selección de artistas se realizó por primera vez el “Primer Festival Internacional de Jazz en San Luis ” en el hotel “Potrero de los Funes”.
Cuestiones laborales solo me permitieron estar presente el día Sábado 15, asi que me remitiré a lo vivido en esa jornada. El desarrollo del mismo se llevó a cabo en 2 escenarios, uno el bar flotante, ubicado dentro del hotel y con la hermosa panorámica de fondo del lago, con jam sessions y el otro en el anfiteatro del mismo para la sección más formal si se quiere.
Lo primero que degustamos al llegar fue al pianista italiano Fabrizio Pieroni junto con Jerónimo Carmona en contrabajo , Leo Alvarez en guitarra , Eloy Michelini en batería. Con un repertorio a base de standards el pianista de Roma, que vive entre Buenos Aires y su ciudad natal , desplegó su discurso en un ejercicio de buen gusto, con un sostén ideal como lo fue Leo, lleno de sutilezas y guiños del jazz más amigable con tendencia al cool.
Al terminar, en el otro escenario estaba Silvio Paez Trio de San Luis, quienes con una clara tendencia hacia el jazz - fusión, de hecho uno de sus temas fue “Teen Town” de Weather Report; se movieron en esa línea lo que ponía el matiz variado al evento en cuanto a propuestas.
Ya entrada la noche volvío Fabrizio Pieroni esta vez en piano solo y ya sí claramente con un sonido abiertamente europeo en sus interpretaciones y casi al final una versión a dúo con un bandoneón del tema principal de la película “El Padrino”, que acarreó vítores y aplausos.
Ya instalado en el anfiteatro, hasta el final todo el evento se desarrolló allí, recibimos al magnifico Ricardo Cavalli como líder junto con el maestro George Garzone y la cosa empezó a tomar un color deseado por el público . Con composiciones propias de Ricardo y algún que otro filtreo con Coltrane, dicho esto de manera laudatoria el nivel de adrenalina se elevaba y empezabamos a disfrutar de disonancias y sonidos bellamente incómodos pasando de lo accesorio a lo esencial , cuando ambos dialogaban entre ellos, o en sus discursos solistas.
Contundentes y auténticos plantearon una sesión árida por momentos , en los duelos más que nada , refrescante en otros, sobre todo cuando el aire hard - bop hacía acto de presencia y pulcra cuando los tempos lentos así lo requerían. Y sin desmerecer nada de lo anterior llegó lo que más se estaba esperando y también, en ese intervalo, la sala multiplicó el público.
Desde la intuición deduzco que había una mezcla mayoritaria de aficionados, oyentes casuales de otros géneros, que venían a ver un concierto de éste tipo por primera vez y curiosos o invitados por amigos que a falta de una oferta mejor, quizás asomaron sus narices por primera vez al jazz, y todo eso me parece genial . Diego Fisherman fue el presentador del sexteto formado para la ocasión que nos visitaba con la propuesta sentida de un homenaje a Miles Davis. Luego de las siempre claras y lúcidas apreciaciones del presentador, las luces se bajan y las figuras de Wallace Roney - Jeff “Tain” Watts - Rufus Reid - Antonio Hart - Cyrus Chestnut y George Garzone nuevamente uniéndoseles , nos introducen en el túnel del tiempo y sentimos que la sala se llenaba del carisma del homenajeado conectando en un complejo mosaico a los integrantes que basaron su repertorio mayormente en el Miles de los cincuenta. Sería ampuloso hablar de estos titanes que cuentan con un aval en sus historias que hablan por sí mismos, pero hay cuestiones que apuntar, Jeff Watts se llevó la mayor cantidad de aplausos después de cada tema y al final del recital. Con su cara regordeta y siempre sonriente, no dejo de aporrear con clase los parches en las casi 2 horas que duró el set y sin mirar en ningún momento su instrumento, todos quedamos boquiabiertos con tremendo baterista.
Antonio Hart con quien pude hablar personalmente, un tipo amable, tuvo con el alto pasajes de desmesura y desmadre contenido, con estallidos de intensidad, su cuerpo se arqueaba en cada solo . Wallace Roney puso su propia impronta al instrumento diseminando en sus notas un relato único y sustancial centrado en el homenaje. Desde la banqueta del piano Cyrus Chestnut era el epicentro que aportaba situaciones musicales que llevaba hacia todos los lugares posibles haciendo que lo complejo suene fácil pivotando de lo suave a lo inflamable sin inmutarse. Rufus Reid sumo su oficio y un ritmo sólido y regular al esfuerzo en general y al resultado colectivo.
Conclusión : como decía el escritor Manuel Puig “ La única estética es la del talento” y aquí hubo mucho en cada noche. Que se repita
De izquierda a derecha : Jeff “Tain” Watts - Antonio Hart - Micky Almada - Wallace Roney - Cyrus Chestnut.
Crónica : IDJ
Cuestiones laborales solo me permitieron estar presente el día Sábado 15, asi que me remitiré a lo vivido en esa jornada. El desarrollo del mismo se llevó a cabo en 2 escenarios, uno el bar flotante, ubicado dentro del hotel y con la hermosa panorámica de fondo del lago, con jam sessions y el otro en el anfiteatro del mismo para la sección más formal si se quiere.
Lo primero que degustamos al llegar fue al pianista italiano Fabrizio Pieroni junto con Jerónimo Carmona en contrabajo , Leo Alvarez en guitarra , Eloy Michelini en batería. Con un repertorio a base de standards el pianista de Roma, que vive entre Buenos Aires y su ciudad natal , desplegó su discurso en un ejercicio de buen gusto, con un sostén ideal como lo fue Leo, lleno de sutilezas y guiños del jazz más amigable con tendencia al cool.
Al terminar, en el otro escenario estaba Silvio Paez Trio de San Luis, quienes con una clara tendencia hacia el jazz - fusión, de hecho uno de sus temas fue “Teen Town” de Weather Report; se movieron en esa línea lo que ponía el matiz variado al evento en cuanto a propuestas.
Ya entrada la noche volvío Fabrizio Pieroni esta vez en piano solo y ya sí claramente con un sonido abiertamente europeo en sus interpretaciones y casi al final una versión a dúo con un bandoneón del tema principal de la película “El Padrino”, que acarreó vítores y aplausos.
Ya instalado en el anfiteatro, hasta el final todo el evento se desarrolló allí, recibimos al magnifico Ricardo Cavalli como líder junto con el maestro George Garzone y la cosa empezó a tomar un color deseado por el público . Con composiciones propias de Ricardo y algún que otro filtreo con Coltrane, dicho esto de manera laudatoria el nivel de adrenalina se elevaba y empezabamos a disfrutar de disonancias y sonidos bellamente incómodos pasando de lo accesorio a lo esencial , cuando ambos dialogaban entre ellos, o en sus discursos solistas.
Contundentes y auténticos plantearon una sesión árida por momentos , en los duelos más que nada , refrescante en otros, sobre todo cuando el aire hard - bop hacía acto de presencia y pulcra cuando los tempos lentos así lo requerían. Y sin desmerecer nada de lo anterior llegó lo que más se estaba esperando y también, en ese intervalo, la sala multiplicó el público.
Desde la intuición deduzco que había una mezcla mayoritaria de aficionados, oyentes casuales de otros géneros, que venían a ver un concierto de éste tipo por primera vez y curiosos o invitados por amigos que a falta de una oferta mejor, quizás asomaron sus narices por primera vez al jazz, y todo eso me parece genial . Diego Fisherman fue el presentador del sexteto formado para la ocasión que nos visitaba con la propuesta sentida de un homenaje a Miles Davis. Luego de las siempre claras y lúcidas apreciaciones del presentador, las luces se bajan y las figuras de Wallace Roney - Jeff “Tain” Watts - Rufus Reid - Antonio Hart - Cyrus Chestnut y George Garzone nuevamente uniéndoseles , nos introducen en el túnel del tiempo y sentimos que la sala se llenaba del carisma del homenajeado conectando en un complejo mosaico a los integrantes que basaron su repertorio mayormente en el Miles de los cincuenta. Sería ampuloso hablar de estos titanes que cuentan con un aval en sus historias que hablan por sí mismos, pero hay cuestiones que apuntar, Jeff Watts se llevó la mayor cantidad de aplausos después de cada tema y al final del recital. Con su cara regordeta y siempre sonriente, no dejo de aporrear con clase los parches en las casi 2 horas que duró el set y sin mirar en ningún momento su instrumento, todos quedamos boquiabiertos con tremendo baterista.
Antonio Hart con quien pude hablar personalmente, un tipo amable, tuvo con el alto pasajes de desmesura y desmadre contenido, con estallidos de intensidad, su cuerpo se arqueaba en cada solo . Wallace Roney puso su propia impronta al instrumento diseminando en sus notas un relato único y sustancial centrado en el homenaje. Desde la banqueta del piano Cyrus Chestnut era el epicentro que aportaba situaciones musicales que llevaba hacia todos los lugares posibles haciendo que lo complejo suene fácil pivotando de lo suave a lo inflamable sin inmutarse. Rufus Reid sumo su oficio y un ritmo sólido y regular al esfuerzo en general y al resultado colectivo.
Conclusión : como decía el escritor Manuel Puig “ La única estética es la del talento” y aquí hubo mucho en cada noche. Que se repita
De izquierda a derecha : Jeff “Tain” Watts - Antonio Hart - Micky Almada - Wallace Roney - Cyrus Chestnut.
Crónica : IDJ
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