lunes, 24 de septiembre de 2018

ENTREVISTA: RAFAEL DELGADO



Quizás si nos dicen de repente el nombre del músico a quien entrevistamos, no sea familiar al oído del oyente avezado. Pero si recalamos en la excelente presentación del cd y escuchamos su música que parte de un instrumento, un poco ajeno al jazz y que su sonido está más anclado en las músicas europeas, el violoncello de 4 y 5 cuerdas, puede dejar de ser una mera anécdota para convertirse de la mano de Delgado en sinónimo de entrega, pasión y disfrute. 

IDJ. ¿Cómo te iniciaste en la música?

RD. La música me acompaña desde pequeño. En casa siempre hubo música y tuve la suerte de tener una familia permeable a mis inquietudes musicales. Para formarme estudié violonchelo en el Conservatorio Nacional de Música de Perú, en ese momento dedicarme a la música era una entre otras posibilidades, pero cada vez iba tomando más fuerza. Luego proseguí con los estudios de violonchelo clásico en Buenos Aires el Conservatorio Nacional "Carlos López Buchardo", hoy Universidad Nacional del Arte. 

IDJ. ¿Porque el violonchelo, como medio de expresión de tu arte ?

RD. Bueno, el violonchelo es un instrumento que adoro, y durante todos los años de formación se produjo una simbiosis entre el instrumento y yo. Pienso que busco una manera de sonar con y desde el chelo, aprovechando su registro grave y profundo, sus melodías agudas cantábiles, así como todas sus posibilidades armónicas y percusivas. Por eso el nombre del disco es un neologismo divertido que significaría algo así como “autorretrato desde el chelo”. 

IDJ. ¿Cuanto hay de la música de tu país en tu propuesta?

RD. Aun llevando adelante una intensa carrera en la música clásica (Trío Sine Nomine, Cuarteto de la UCA, Orquesta de Cámara Mayo, Orquesta Sinfónica Nacional, Orquesta Estable del Teatro Colón) nunca perdí de vista mis raíces en Perú y siempre tuve la inquietud de hacer música popular con el violonchelo. Una de mis primera experiencias fue con el Free Jazz, a los 15 años en Perú junto al “Ensamble 1” del guitarrista Andrés Prado, el trompetista Gabriel Alegría, y el pianista José Luis Madueño, referentes actuales del Jazz afroperuano. 

También estudié los aerófonos andinos, y la guitarra criolla peruana. Toda esa información genética se ha ido decantando hacia una búsqueda de un sonido más ágil y con articulaciones percusivas propias de la música popular latinoamericana. Uno de los músicos que más me ayudó a encontrar esa sonoridad desde el violonchelo en la música afroperuana fue el guitarrista peruano radicado en New York, Yuri Juarez, autor de “Cántelo Usted”. Además incluí un landó de mi autoría “Redial”, “Casinos de Chincha” un festejo del guitarrista Leandro Cacioni, y “Fuego disimulados” un landó de la compositora Olga Milla en el que tuve la suerte de con mis amigos del Quinteto de Tango La Grela junto a Mario Gusso en percusión. 

IDJ. Hay una relectura de uno de mis grandes héroes, Pat Metheny, enorme melodista si los hay. ¿Que te llevo a elegir un tema de él ? 


RD. Siento que un disco es un trabajo de introspección desde adentro de uno mismo hasta llegar a sus propios bordes, y en esa búsqueda surgió el deseo de realizar un tema a muchos violonchelos sobregrabados, algo imposible de realizar en un show en vivo, pero real en estudio. Deseaba realizar, un homenaje a Heitor Villalobos y sus bellísimas Bachianas Brasileras 1 y 5, en las que aprovecha el inmenso registro de más de cuatro octavas del violonchelo en ensamble a ocho voces. 

Junto a Mariano Agustín Fernández, productor musical del disco, exploramos muchos temas, y los íbamos descartando porque no alcanzaba la profundidad de lo que buscábamos. En un momento surge la conversación sobre la obra programática “O Trenzinho do Caipira” de Villalobos que yo amo desde niño, y casi sin darnos cuenta linkeamos con Last Train Home, y estuvimos de acuerdo en que no solo era un tema perfecto para esta exploración, sino que además llevaba el disco más allá de sus propios bordes, como buscando nuevos territorios para explorar. 

IDJ. Hay un cliché que reza que para todo artista cada disco es como un hijo y más si es un debut, como tu caso. ¿Quedaste conforme tanto con la música como con el objeto físico, que te soy sincero es un lujito? 

RD. Veo el disco y me emociona, pero además de conforme, te diría que estoy agradecido. Son muchas las personas que han participado en el resultado final del disco y cada una fue aportando su saber y su cariño. El disco físico se está volviendo un objeto de culto, y como tal pienso que debe representar un valor en sí mismo, ya que cualquier oyente va a poder acceder en las redes a la música del disco, pero descontextualizado, sin ninguna referencia simbólica. Junto Mariano Agustín Fernández (productor musical) buscamos un sonido particular con el chelo como protagonista principal, acompañado de muchos músicos amigos que aportaron con su arte a una gran riqueza de texturas, timbres y colores. Quiero destacar especialmente a mi compañera, la flautista Victoria Polti, quien tiene un papel fundamental en todo el disco. 

El broche de oro estuvo a cargo de Andrés Mayo en el mastering, que hizo un trabajo impecable, para poder escuchar el sonido con la más alta calidad en cualquier plataforma. Pero además de la búsqueda musical buscamos que el ojo de Leticia Fraguela nos brindara su propia visión fotográfica de la belleza de las formas de ambos violonchelos, al aire en el interior de la gráfica, pero ocultos en la tapa. A su vez, Angelina Fernández aportó a la delicadeza del diseño con un arte de tapa que invita a descubrir que hay dentro de esos estuches. Aunque no se ve en el disco, de alguna forma también forma parte la directora de cine Yael Szumeliwicz que fue determinante para llevar a la imagen el delirio de los seis cellos sonando simultáneamente, como un viaje astral imposible en el que me desgloso en mis múltiples personalidades musicales. 

IDJ. ¿Existe un jazz Latinoamericano donde también confluyen las genéricamente llamadas músicas del mundo? 

RD. Por supuesto que sí. Permanentemente insisto en mis alumnos de violonchelo popular en que el Jazz ha aportado muchísimo a la complejización y evolución de los géneros populares tradicionales. En ese sentido parte de mi búsqueda tiene que ver con el desarrollo del jazz afroperuano, y las armonías que utilizo en mis propios temas se remiten a ello. 

IDJ. Participaste en varias producciones de otros artistas. Sin desmerecer a nadie, si tuvieras que elegir cual fue la que más te marco, como músico cual sería. 

RD. Efectivamente, he participado en muchos proyectos, y siento que me han marcado más aquellos en los cuales pude intervenir como arreglador, compositor u orquestador, ya que me permitieron encontrar una manera de sonar, una personalidad desde el chelo. Sin embargo debo retrotraerme a mi adolescencia, a la primera orquesta en la que participé a los 12 años, la “Camerata de Lima” donde descubrí el amor por la música. Esa experiencia fue determinante para decidir dedicarme a la música. 

IDJ. ¿Te consideras más un intérprete o un compositor? 

RD. Que difícil. La verdad es que no me lo planteo, es un hecho que va sucediendo. Por lo general, recurro a la deconstrucción de las piezas que estoy estudiando. Es un proceso de apropiación, mediante el cual extraigo células rítmicas, patrones melódicos, exploro timbres y texturas. No suelo tocar la música tal cual me la escriben, aunque lo puedo hacer, intento encontrar una manera personal de interpretarla, como encontrar su esencia desde mi forma de tocar. En ese proceso hay elementos que me atraen y los voy transformando en otros. A veces los cambios son tan notorios que dejan de remitir a la fuente original y cobran entidad propia. Estos esbozos de temas son el germen para futuras composiciones. 

IDJ. ¿Qué sigue después de Chelfie 1 - Territorios ? 

RD. Espero que después de CHELFIE 1 - Territorios, sigan varios Chelfies más. Durante el proceso de grabación del disco me surgieron varias ideas, en principio me gustaría hacer un disco en el cual se aborde el chelo aún más desde el ritmo, recurriendo a patterns, a la manera de los paradiddles. Otra idea es hacer un disco con diferentes cantantes invitados, en el cual el chelo vaya a la par de la voz como un cantante más. También está en vista el disco del Dúo Polti Delgado, junto a Victoria Polti.







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