Pared por medio de edificios de viviendas donde varias familias seguían con sus normales vidas cotidianas, también se torturaba en pleno centro de Buenos Aires. A pocas cuadras de la sede de espionaje del Ejército, en el prestigioso Teatro Colón, ícono de la lírica internacional, se programaban óperas como Tosca o Fidelio, con escenas de tortura y flagelos a prisioneros, mientras que, puertas afuera, se discutían los alcances de las violaciones a los derechos humanos.
Este libro pone por primera vez juntas muchas cosas que sucedieron simultáneamente sin que las notáramos. Una época donde cantar no solo era una forma de arte, sino el modo de nombrar la confesión de los secuestrados. Donde lo que no se podía ver ni decir, se escuchaba.
Un recorrido que muestra cómo, aunque no parezcan tener nada que ver, los gritos de los campos de concentración, la materialidad de las voces de los dictadores, la ópera, la música clásica y los más doctos compositores locales, el ascendente rock nacional, las películas cómicas de los ídolos populares, el tango y el folklore creaban un mismo paisaje sonoro: era el trasfondo a veces común a la vida y la muerte.
"Satisfaction en la ESMA" expone con una escritura virtuosa y fuentes de diverso tipo el inexplorado abanico de las persistentes relaciones entre música, sonido, ruido y política en la etapa de mayor violencia estatal de la Argentina.
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